Por características agroclimáticas, historia y potencial, entre otros factores, el Mercosur se posiciona como la región indicada para responder al esperado fuerte crecimiento en la demanda global de proteínas animales. Pero no todos los países está posicionados igual, hoy, ante este panorama.
La foto del fines del año pasado muestra a Brasil como el primer exportador del mundo de carne bovina, mientras que la Argentina relegó posiciones en ese ránking, restricciones oficiales mediantes, para destinar casi toda su carne a la demanda interna. Pero del otro lado del Río de la Plata, Uruguay se posicionó como un sólido exportador de carne de calidad, y todo indica que profundizará ese perfil con el aprovechamiento de la llamada Cuota 481, una nueva herramienta para la venta de carnes de calidad a la Unión Europea que ya le significa a Uruguay más toneladas exportadas que la cuota Hilton.
Para conocer más sobre el tema, Clarín Rural viajó hasta la ciudad uruguaya de Mercedes y conversó con los responsables del feedlot Il Tramonto, que engorda animales destinados a esa cuota. La idea era conocer las particularidades de ese negocio, los cambios que generó en la cadena cárnica uruguaya y qué podría pasar en la Argentina si nuestro país lograse también acceder a ella (Ver Recuadro).
“La nueva cuota implica que los animales deben ser terminados con al menos cien días de encierre y alimentación con dietas de alta energía. Además, no pueden ser faenados con más de treinta meses, por lo que entran a los corrales a los veintitrés meses de edad”, explica Martín Martinicorena, uno de los dueños de Il Tramonto junto con Fermín Peixoto. Ambos se muestran entusiasmados por las nuevas posibilidades que se abrieron, con esta cuota, para la actividad.
La cuota fue abierta por la Unión Europea en el 2009 y Uruguay accedió a ella el año pasado, sumándose a un exclusivo club junto a Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Hoy, la cuota total representa 48.000 toneladas por año, que no pagan aranceles al ingresar a la UE.
Los certificados, a diferencia de la cuota Hilton, están en manos de operadores europeos del negocio y no de países. Esto significa que los importadores del viejo continente pueden comprar por la cuota que tienen asignada, pero siempre a los países autorizados.
Al cerrar el ejercicio 2012/2013, la cuota 481 representará para Uruguay aproximadamente 6.600 toneladas, mientras que por la cuota Hilton ese país exporta 6.300 toneladas anuales.
II Tramonto es una hotelería con capacidad para 15.000 cabezas ubicado en el departamento de Soriano, el corazón agrícola de Uruguay, un lugar ideal para obtener los granos y transformarlos en carne. Actualmente, el 40% de la ocupación de sus corrales tiene destino europeo, a través de la cuota 481.
Según Martinicorena, el engorde a corral con ese objetivo ha cambiado la perspectiva del negocio ganadero y cada vez se encierra más ganado con ese destino. “Nos ofrece un mercado muy importante, porque por esta cuota entran 17 cortes, el 60% de la res, prácticamente 90 kilos por cada media res, y los precios pagados son entre 10% y 15% superiores a los del resto del mercado”, explica.
El feedlotero afirma también que se ha logrado tener una estabilidad mayor en la cantidad de hacienda que hay en los corrales, porque por la cuota 481 el productor puede fijar el precio de venta antes de que los animales entren a los corrales.
“Eso se negocia mano a mano con los brokers que tengan cuota para entrar en la UE. Entonces, uno fija el precio y a partir de ahí calcula los costos. Hay más estabilidad que con el ganado normal, aunque a un ganado normal se lo puede tener menos tiempo”, dice.
El veterinario Daniel Miranda, gerente de Il Tramonto, hace referencia a las consecuencias de esta innovación del mercado en la actividad. “Cambia un insumo clave, como la energía en las raciones. También está claro que este sistema va a ir tecnificando a la recría, siempre y cuando los precios ayuden a enfrentar los mayores costos de producción”, dice.
Los beneficios de una nueva veta comercial se traducen, además, en el resto de la cadena, dinamizando a toda la ganadería y generando mejores negocios de cría y recría a campo. “Uruguay nunca tuvo una recría muy buena, porque no había premio por vender hacienda joven. Hoy se está suplementando mucho más al ganado y empieza a aparecer gente que quiere recriar en corrales, porque para darle esta comida a los animales tienen que entrar con 350 kilos; sino, es antieconómico”, asegura Miranda.
Y agrega: “Esto también impacta en la cría. Siempre tuvimos porcentajes bajos de preñez y de parición, pero ahora se intenta mejorar más”.
Mientras observa a unos novillos acercándose al comedero, Martinicorena resume la esencia de la ganadería uruguaya: “En general, en Uruguay los animales se faenan pesados porque el fuerte de los negocios son la cuota Hilton e Israel. Pero el problema que tenemos con la Hilton es que tenemos pocas toneladas; podríamos abastecer una cuota mucho mayor. Por eso, en un país como éste, que exporta el 95% de la carne que produce, la cuota 481, con su demanda adicional, marca un antes y un después en la ganadería uruguaya”.