De manera paulatina, la intensificación ganadera traslada la búsqueda de eficiencia hacia regiones de menor aptitud y, en este escenario, el manejo de variables como base forrajera y planteos nutricionales en rodeos de cría adquieren una mayor relevancia.

En el caso del sudoeste pampeano, los productores ganaderos buscan alternativas para afrontar la producción en ambientes semiáridos, en suelos complicados y con un calendario de lluvias acotado. Es un escenario que se repite en varias regiones. Por eso, en el marco de una jornada organizada por el IPCVA en la localidad pampeana de General San Martín, profesionales y analistas del sector analizaron herramientas para una producción bovina rentable en esos ambientes.

Al momento de buscar opciones para expandir la base forrajera, y de acuerdo a distintas experiencias en esa región, el sorgo BMR diferido, en combinación con un verdeo de invierno, permite sostener buenas cifras de ganancia de peso.

Anibal Fernández Mayer, del INTA Bordenave, exhibió el resultado de dos ensayos con estos cultivos en lotes de terneros Angus destetados para el período otoño-invierno, en los cuales las ganancias de peso promediaron los 700 gramos por día, sin necesidad de otra suplementación.

El técnico destacó que estos buenos resultados se lograron con una elevada carga animal (3,9 bovinos por hectárea en el segundo ensayo) y remarcó que, con el clima y el suelo en contra, el sorgo de nervadura marrón se perfila como una herramienta a tener en cuenta, en conjunto con un forraje que garantice el aporte diario de proteína. “Estamos frente a una alternativa que se adapta a esta región”, sostuvo.

El manejo nutricional es otro de los apartados que no hay que descuidar. En este punto, el consultor Juan Elizalde detalló que uno de los problemas más serios que afectan al rodeo de cría es la baja eficiencia de conversión por manejo inadecuado, que se traduce en mayores costos de alimentación.

Desde su mirada, la estrategia para explotar al máximo el potencial del rodeo se articula en tres pasos: aumentar los porcentajes de preñez y destete, adelantar y concentrar la parición y el manejo del pastoreo horario.

Al contar con bajas tasas de preñez y destete, es inevitable destinar un elevado porcentaje de los recursos forrajeros para mantener a una gran cantidad de animales que no siempre son productivos. Si se incrementan estos índices y se suma el destete anticipado, Elizalde estimó que se puede reducir hasta un 65% los requerimientos nutricionales de la unidad vaca-ternero.

En esquemas de producción como el pampeano, cualquier estrategia que permita ajustar el manejo forrajero suma puntos a favor. De esta manera, el consultor afirmó que por cada 30 días que se anticipen los nacimientos, se reduce el consumo entre 5 y 7 kilos de materia seca por kilo de ternero producido. “En el caso del pastoreo horario, permite que la vaca que disminuye sus requerimientos nutricionales después del destete coma menos”, agregó.

Con una mayor eficiencia y pautas ajustadas de manejo, la ganadería en estos ambientes busca abrirse paso en medio de los factores limitantes y mejorar de, esta manera, sus márgenes. Se puede.