El grano se vendió a mediados de semana a 350-355 dólares por tonelada en el Mercado a Término de Buenos Aires, pero las cotizaciones de la próxima cosecha, con entrega en enero de 2014, caen a 190-195 dólares. Hay más de 150 dólares por tonelada de diferencia negativa, un valor insólito en los mercados de futuros nacionales.

¿Cuáles son las causas de los inusuales precios de mayo? Básicamente, falta de oferta luego de la mínima cosecha 2012/13 y gran demanda de la molinería, necesitada de mercadería.

"La cosecha fue mala en cantidad y calidad, por lo cual la oferta está truncada desde el principio", afirma Ricardo Baccarin, vicepresidente de la corredora Panagrícola SA.

Esa escasez determina valores FOB puertos argentinos del orden de los 315 dólares por tonelada y cotizaciones muy firmes en las posiciones julio (358 dólares por tonelada) y septiembre (359) en el Mercado a Término.

Sebastián Olivero, de la consultora Agro Tecei, dice: "La Argentina tiene el trigo más caro del mundo; Moreno lo hizo". El analista observa que los molinos bajan las exigencias de peso hectolítrico y de proteína, hacen ofertas amistosas -de 1600-1700 pesos por tonelada- y no captan mercadería porque no hay.

"Los productores no tienen trigo guardado porque en 2012 no lo sembraron por el intervencionismo oficial del mercado", apunta un acopiador del norte de Buenos Aires. Con sus diferencias, con el trigo se repite lo ocurrido en la ganadería vacuna, por medidas oficiales que no dieron el resultado esperado sino lo contrario.

"Los molinos tienen por delante una perspectiva complicada hasta noviembre de 2013, con una campaña muy difícil de atravesar hasta que ingrese la nueva cosecha de la región triguera del Norte", proyecta Baccarin.

MERCADO INTERNACIONAL

Mientras ocurren estas anomalías en el mercado interno se está definiendo la cosecha del hemisferio Norte, a partir de la cual se desarrolla el 90 por ciento del comercio mundial de trigo. Los principales actores son los Estados Unidos, Europa y los países que rodean al Mar Negro.

"En los Estados Unidos, los cultivos de invierno no han tenido una buena evolución; sólo el 30 por ciento muestra un estado bueno a excelente, contra el 50 por ciento que es lo corriente a esta fecha. Este fenómeno determinaría una caída de la producción del orden de 5 millones de toneladas, al pasar de 62 millones a 57 millones de toneladas", cuantifica Olivero.

Este factor alcista se contrapone con otro más fuerte bajista, representado por la recuperación de la producción de los países cercanos al Mar Negro (Rusia, Ucrania y Kazajstán), "que producirían un total de 93 millones de toneladas contra 63 del año pasado" compara el analista.

"Los países productores de trigo de Europa tendrían una cosecha normal, por lo que la disponibilidad mundial del cereal sería holgada, con posibilidades de un mercado con cierta pesadez si no ocurren imprevistos climáticos que inyecten volatilidad al mercado en las próximas semanas", adelanta Olivero.

SIEMBRA Y COMERCIALIZACIÓN

Internamente, Baccarin estima un leve aumento del área sembrada con trigo, producto de que ofrece mejores precios a término que la cebada (193 contra 179 dólares por tonelada para enero de 2014). La superficie con colza no es relevante y el garbanzo rindió mal en muchas zonas por las excesivas lluvias.

"Quien se anime con el trigo, seguramente lo combinará con soja de segunda, sobre todo en campos alquilados. Con el ingreso del cereal podría salvar los gastos de implantación del trigo y de la soja, y le puede quedar como ganancia lo que cobre por la oleaginosa", conjetura Baccarin.

Con relación la comercialización, Olivero recuerda que los altos precios actuales del trigo son impulsados casi exclusivamente por la industria. "Los exportadores habían comprado cinco millones de toneladas de la cosecha vieja, pero finalmente se les permitieron exportar sólo tres millones. La diferencia está aún en sus instalaciones", indica Olivero.

"En materia de política oficial de trigo, lo que está claro hasta ahora es que el Gobierno no autorizó nuevos cupos ni ROE de la campaña nueva para los exportadores, sino que les pidió que entreguen mercadería a los molinos. La única política anunciada fue el lanzamiento del fideicomiso que devolvería retenciones una vez finalizada la cosecha. "Es una diferencia importante con relación a años anteriores", distingue el técnico, que es poco optimista respecto de una pronta liberación de exportaciones de la cosecha nueva, si se confirman las cifras de una superficie de siembra acotada. Esta actitud gubernamental realimenta las expectativas negativas de los productores respecto del cultivo y amenaza con repetir la película actual del trigo dentro de 12 meses, con los mismos actores y director.