De acuerdo a un trabajo de investigación impulsado por técnicos del Ministerio de la Producción y Ambiente de la provincia de Formosa, están dadas las condiciones para la producción intensiva de alcaparras como un cultivo alternativo con miras a la comercialización.

Los técnicos de Agronomía, Carlos Develde, y en Agronegocios, José Ruiz Díaz, comentaron al diario La Mañana de Formosa, que la provincia tiene características agroecológicas muy variadas que la posesionan de manera favorable para llevar adelante cultivos alternativos e intensivos, en unidades productivas pequeñas.

“Como técnicos del Ministerio de la Producción y Ambiente, investigamos el cultivo y al comercialización de las alcaparras. Este producto es nuevo en Argentina y existe una interesante experiencia de producción en la ciudad de La Banda, provincia de Santiago del Estero, con la firma Orígenes SRL, una agroindustria familiar con resultados satisfactorios en los rendimientos y en la adaptación”, explicaron Develde y Ruiz Díaz.

Las alcaparras son botones florales de una milenaria planta llamada “Caparís Spinosa”, de origen asiático. Hoy sigue siendo un alimento poco conocido en la Argentina, pero su consumo local (que ronda los 60.000 kilos anuales) crece en forma sostenida por la demanda de los restaurantes de comida internacional y el auge del turismo.

Se trata de un cultivo que se adapta bien a la mayoría del territorio nacional, ya que tiene un sencillo procesamiento industrial y es de fácil conservación. No se necesitan grandes extensiones de tierra porque el cultivo es intensivo, siendo la densidad actual de 2.500 plantas por hectárea”, aseguraron los técnicos del Ministerio de la Producción.

Una planta adulta a partir del cuarto año, puede producir entre 10 y 15 kilos por planta y temporada (la misma se extiende durante todos los meses de calor), obteniendo un rendimiento promedio por hectárea de 25.000 kilos. Asimismo, al no tener espinas la planta, se facilita mejor su manejo y cosecha, y es de rápido crecimiento, al tiempo que obtiene características de adultez en menor tiempo y alta resistencia al estrés hídrico y a la salinidad.

“Es un cultivo perenne porque tiene una vida útil de producción de 40 a 50 años y no requiere maquinarias especiales. Las plantas variedad AR1 representan un  verdadero cambio en el cultivo de las alcaparras, y al tratarse de plantas arbustivas, se pueden colocar en un marco de plantación de dos metros por dos metros, lo que la hace altamente rentable con una Tasa Interno de Retorno (TIR), aproximado del orden del 75% anual, en el período de máxima producción”, detallaron Develde y Ruiz Díaz.

Por otro lado,  aseveraron que la demanda de alcaparras en Argentina no es satisfecha por la producción interna, por lo tanto, parte del consumo se importa. “El precio es internacional y promedia los 4 dólares el kilo; a granel y fraccionado llega a los 7 dólares. Existe un gran mercado exterior como el norte de Europa, Estados Unidos, Canadá y Brasil, y el consumo interno”, agregaron los técnicos.

Asimismo, debido a que los actuales productores de alcaparras a nivel mundial no están incrementando su producción, debido al aumento progresivo del precio de la mano de obra, en especial los países europeos como Italia y España, desde el Ministerio de Producción de Formosa indicaron que “Argentina está ante una gran oportunidad de mejorar la competitividad productiva y la rentabilidad de los pequeños productores, elaborando una estrategia con un horizonte de proyección de 5 años para lograr una cuenca alcaparrera en Formosa que asegure un volumen de producción importante para la exportación, además de un ambicioso desarrollo de la cadena de agregado de valor en su lugar de origen”.