Tener un equipo de fertirrigación, en producción bajo invernadero, garantiza la nutrición en el momento que el cultivo la demanda. Mediante el fertirriego se logra mayor calidad de frutos, incrementos en los rendimientos, optimización del uso del agua y los fertilizantes, y menor impacto ambiental. El manejo del agua y la nutrición de cultivos son aspectos donde hay mucho espacio para mejorar en los establecimientos argentinos.
El fertirriego permite una nutrición integral y el aporte de agua adecuados a cada etapa fenológica , de acuerdo con la demanda del cultivo. Para capacitar a los productores argentinos sobre esta estrategia, el Grupo GHIA invitó al Ing. Agr. MBA Wilson Goto, de Yara International ASA e investigador del Centro de Hanninghof , Duelmen, Alemania quien disertó en dos jornadas que tuvieron lugar en Salta y Corrientes.
Integran el Grupo GHIA las empresas Ipesa (principal fabricante de agroplásticos de Argentina), Syngenta (referentes mundiales en semillas y protección de cultivos) y Yara (líderes global en nutrición). Estas reuniones se realizaron como parte del compromiso que GHIA mantiene con la capacitación de los productores hortícolas argentinos.
Las jornadas de capacitación tuvieron lugar en las ciudades de Goya y Oran e incluyeron recorridos por fincas líderes. Si bien el fertirriego exige una significativa inversión inicial y capacitación del personal, también es cierto que devuelve resultados en calidad y rentabilidad. Y está claro que la calidad es una de las variables más importantes en producción de tomates y pimientos.
“El productor argentino en general maneja bien los cultivos de tomates y pimientos, sin embargo se observan algunos efectos negativos que pueden explicarse por el uso excesivo de abonos orgánicos, lo cual desbalancea la planta, que a veces sufre un crecimiento excesivo. En esos casos muchos intentan corregir este problema mediante podas o aplicaciones de potasio para balancear, lo cual complica el resultado final”, señaló Wilson Goto.
Un aspecto clave en toda fertilización es al aporte balanceado de nutrientes, que varía según la etapa fenológica del cultivo. Por ejemplo, es importante un mayor aporte de fósforo durante la implantación para asegurar un buen crecimiento radicular, mientras que el calcio cobra mayor importancia en el momento del cuaje de flores porque mejora la carga de frutos, y algunos días más tarde para aumenta la firmeza de la fruta. Si bien la planta siempre toma una solución completa de nutrientes, es importante la relación nutriente/momento de demanda. Por ejemplo el calcio es clave en la primera etapa del cultivo ya que es fundamental para originar un buen sistema radicular, ya que interviene en los procesos de elongación de raíces nuevas a través de la formación de células en los puntos de crecimiento de las mismas.
El guano: ¿ conviene o no?
Una problemática muy recurrente en los establecimientos argentinos es la utilización de guano como abono orgánico de base. Éste material tiene la capacidad de entregar los elementos que las plantas necesitan para crecer (nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio), pero necesitan ser mineralizados para que ésto suceda. Dicho proceso de “mineralización” depende de las temperaturas, la humedad del suelo, y la actividad de microorganismos. Solo así se genera el aporte de nutrientes en el suelo para que las plantas puedan consumirlo. Nunca se debe esperar que el guano sea quien nutra la solución del suelo ya que lo hará en forma desbalanceada . “Como no podemos controlar el aporte de nutrientes que se liberan desde el guano, nos encontramos con efectos negativos de exceso de ciertos nutrientes en las plantas en momentos inadecuados. Por ejemplo, en algunos invernaderos es notoria la presencia de excesos de nitrógeno en el momento de floración, lo cual genera crecimiento vegetativo y reduce el cuaje de frutos. Ante esta situación es frecuente que los productores deban incurrir en costos de raleo, o sufran pérdidas de rendimiento por una menor presencia de fruta por planta. También es necesario controlar los niveles de sodio que puede llegar a traer”, sostuvo el especialista invitado.
Los fertilizantes minerales, por ejemplo Krista K que contiene Nitrato de Potasio, Calcinit que contiene Nitrato de Calcio, o Krista Up que contiene Urea Fosfato, aprovechados en forma equilibrada, permiten alimentar a las plantas con el balance adecuado de nutrientes que necesitan en cada etapa. Y el fertirriego es la vía perfecta para poder controlar dicho balance mediante la dosificación de los distintos fertilizantes. Es por eso que debemos aprovechar la capacidad instalada de los sistemas de goteo para maximizar el aprovechamiento de los recursos invertidos. Según concluyó Wilson Goto: “se trata de producir más con cada gota”. Además dejó en claro que el riego por goteo crece en todas partes del mundo y en todos los países donde se produce horticultura intensiva.
Wilson Goto - Investigador de Alemania