Ambas pasarán a ser fabricados y comercializados por Empresas Carozzi, el grupo chileno dueño de esa cadena.
De acuerdo con lo anunciado a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la operación se cerró a cambio de 39,2 millones de pesos.
A fines de febrero del año pasado, CALA había comprado el 49,83% del capital de la firma chilena que aún estaba en poder de Comercial Carozzi, por algo más de u$s 8,8 millones.
De esta forma, Molinos, que poseía 49,83% de CALA, había elevado su tenencia al 99,66%. La sociedad tiene como principal actividad la fabricación de chocolates, galletas, caramelos y confites.
Con esta operación, Molinos buscó reforzar su estrategia de expansión de su participación en el mercado de alimentos de la región.
En este marco, el año pasado, Molinos y Carozzi habían firmado un acuerdo que implicaba el desarrollo en conjunto del negocio de galletas y confites en Argentina.
Fue cuando la alimenticia de los Perez Companc se quedó con el 49% de CALA y prometió invertir u$s 12,5 millones.
El acuerdo contemplaba la producción y distribución de galletas, chocolates y caramelos de las tradicionales marcas de CALA.
Molinos fue fundada por Bunge y Born en 1902 y posteriormente pasó a manos de Gregorio Perez Companc, una operación que se cerró en 1999.
Se trata de una de las grandes procesadoras y exportadoras de soja y sus derivados, y también tiene fuerte presencia en consumo masivo con aceites (Cocinero), pastas (Matarazzo), precocidos (Tres Cruces, Vieníssima), tortas (Exquisita) y yerbas (Nobleza Gaucha), entre otras marcas.