Entre los dos establecimientos que maneja el productor ganadero Mario Fetter, la oferta forrajera proviene de 507 hectáreas de monte y pasto natural, 147 de avena, 142 de verdeos de verano (en donde el sorgo BMR diferido para consumo tiene un papel destacado) 51 de pasto llorón y 42 de panicum coloratum.

De la oferta forrajera total, un 32% de la superficie es destinada a cultivos anuales, de lo cual el 50% se destina a verdeos de verano (sorgo, maíz, y en algunas ocasiones mijo), utilizados para pastoreo directo y una fracción para reservas.

El resto de los cultivos son verdeos de invierno, en donde destaca la avena. En invierno, la vaca permanece en pasto natural, en primavera pasa a pasturas perennes (llorón y panicum) y finalmente a verdeos de verano hasta el otoño.

En este punto, las pasturas perennes jugaron su partido. “La mitad de los toros producidos pasaron por panicum, y cuando empezó a espigar suplementamos, para que no decaiga el ritmo de crecimiento”, graficó el veterinario Mauricio Antista.

Los verdeos de invierno se destinan únicamente al ternero de destete y recría y a la terminación de toritos y vaquillonas, que luego de salir de los verdeos de verano son bien suplementados.