A juzgar por las últimas encuestas, el kirchnerismo tiene un problema en la provincia de Buenos Aires: carece de un candidato ganador para encabezar la lista de diputados nacionales para las próximas elecciones. Ni Alicia Kirchner, ni Martín Sabbatella, ni Florencio Randazzo, ni Sergio Berni, ni Julián Domínguez, ni Martín Insaurralde reúnen hoy la suficiente intención de voto como para asegurar una victoria como la que necesitaría el oficialismo en el mayor distrito del país.
Por el contrario, el intendente de Tigre, Sergio Massa, ha consolidado su posición como el dirigente de la provincia con mejor imagen y con mayor intención de voto, aunque sólo en los próximos días tomará una decisión acerca de una eventual candidatura a diputado nacional en los comicios de octubre.
Aun cuando se trate de conjeturas, pueden mencionarse tres sospechas firmes en torno del futuro de Massa. La primera es que el jefe comunal tigrense analiza seriamente la posibilidad de presentarse como candidato, alentado por los sondeos de opinión pública favorables y por la caída que en éstos estarían exhibiendo Cristina Fernández de Kirchner y Daniel Scioli. La segunda es que, si fuera candidato, la mayor probabilidad es que no acompañe al kirchnerismo. La tercera es que, si presentara batalla en octubre y ganase la elección, podría dejar de lado la idea de postularse a la gobernación bonaerense y animarse a competir por la presidencia de la Nación en 2015.
De acuerdo con una reciente encuesta de Management & Fit, dirigida por Mariel Fornoni, Massa tiene en la provincia una imagen buena o muy buena del 37,4% y una imagen mala del 13,1%, lo que arroja un diferencial positivo del 24,3%, que lo ubica a la cabeza de los dirigentes bonaerenses.
En cuanto a sus perspectivas electorales, el 20,9% afirma que lo votaría si fuese candidato; el 37% dice que podría votarlo y el 29,4% señala que nunca lo votaría.
Según la misma encuestadora, Massa es seguido desde lejos por Francisco de Narváez, cuya imagen tiene un diferencial positivo del 8,7%, producto de tener un 27,9% de imagen buena o muy buena y un 19,2% de imagen mala. El 7,8% de los consultados asegura que lo votaría; el 31,3% afirma que podría votarlo y el 50,7% indica que nunca lo haría.
Alicia Kirchner, hasta hace poco la principal postulante hipotética del kirchnerismo en el distrito, cuenta con una imagen positiva de sólo el 14,9% y una negativa del 44,3%, de acuerdo con el sondeo. Esto arroja un diferencial negativo del 29,4%. El 10,8% la votaría con seguridad y el 21,8% podría votarla, en tanto que el 56,4% asegura que nunca la votaría.
Otros potenciales candidatos del kirchnerismo también enfrentan problemas en la opinión pública. El viceministro de Defensa, Berni, exhibe un diferencial negativo del 14% y un nivel de desconocimiento del 40%. El titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), Sabbatella, presenta un diferencial negativo del 16%, y el ministro del Interior, Randazzo, una imagen negativa que supera en 21 puntos a la positiva. Este índice es algo menor en el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez (-12%), y en el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde (-11%); sin embargo, sus niveles de desconocimiento son elevadísimos: 58% y 61%, respectivamente.
Pese a la falta de figuras que exhibe el kirchnerismo, los responsables del estudio de opinión pública sostienen que el hecho de gobernar la Nación relativiza aquel problema, en tanto desde el oficialismo, más que someter a la consideración popular a los candidatos, se tratará de plebiscitar una gestión presidencial.
No obstante, sobrevuelan las dudas en cuanto a esa cuestión también, por cuanto la percepción sobre la economía se ha deteriorado en los últimos meses en la opinión pública, al tiempo que la preocupación por perder el trabajo ha venido creciendo a la par que la inquietud por la inflación.