Capacitación, teórica y a campo. Bajo esa consigna, las empresas Forratec y Claas decidieron reeditar una nueva “Experiencia forrajera”, a la vera de la ruta 34, en pleno corazón de la cuenca lechera santafesina.
Este año, la gran novedad estuvo cruzando el alambrado, ya que tanto los operarios como los productores y técnicos pudieron ingresar al lote para observar en vivo y en directo los efectos de un trabajo bien hecho y cuantificar, por otro lado, las pérdidas que ocasiona la falta de control en el manejo.
José Costamagna, gerente de producto de Claas, estaba muy contento con este tema, y a la hora de los balances, remarcó el perfil práctico del evento, con el hecho destacable de la concreción a campo de los conceptos teóricos deslizados más temprano.
“La charla de los operarios sirvieron a nivel teórico y práctico con la máquina; el uso de cada cabezal y sus posibles regulaciones”, destacó. En el evento, los técnicos de la firma, junto con especialistas de la cordobesa Mainero salieron a regular las máquinas, donde todos pudieron ver cómo funciona, estando mal o bien regulada. “Se dio un buen nivel de interacción con consultas, ya que a veces se requieren cambios de puesta a punto que se pudieron hablar a campo, mostrando esos cambios y sus efectos directos”, expresó satisfecho.
“De parte de los productores y técnicos pusimos en números las pérdidas que se dan todavía en el campo y vimos lo que falta por hacer para alcanzar niveles productivos como los de otros países que cuentan con la misma tecnología. En lechería y producción de carne, todavía hay un margen interesante para crecer”, afirmó.
Para tener en cuenta
Para Costamagna, en temas como la pérdida de silaje, es muy fácil echarle la
culpa a otros, cuando todavía hay situaciones de manejo que dejan mucho que
desear. “El que hizo bien las cosas, siempre pagará un kilo de materia seca más
barato”, especifica.
Un dato: cuando se fue el contratista, el trabajo sigue, no terminó. Y allí interviene el manejo del personal en el estado de las bolsas, la temperatura, el tapado, etc. “Estos detalles desnudan una realidad. De la bolsa al comedero sigue habiendo pérdidas. Muchas veces son tan grandes los desperdicios que al animal le llega el 75 % de ese alimento”, agrega.
Finalmente, deslizó algunos consejos: “el día de la elección del cultivar y de la siembra, el contratista debe estar junto al productor. Hoy hay una ventana de tiempo para picado que se puede manejar, planificando en conjunto (así tenemos derecho a exigirle)”. Además, el asesor debe estar cuando se hace el silo, para definir su confección (más largo a más corto). Finalmente, en la rutina de la extracción (“un aspecto que se suele descuidar, y donde los desperdicios por pérdida de materia seca o por aire son altos). Un mal cálculo inicial del frente de exposición (ancho y altura), o respecto al tapado cuidadoso del silo, suelen aumentar la pérdida”, finalizó.
¿Y las pasturas?
Martín Zingoni, presidente de Forratec, destacó que desde la empresa siguen con
la misma filosofía de los últimos años. “Vos podés tener un buen producto, pero
si no lo cosechás a tiempo, va a ser difícil que el productor saque más leche”.
Para Zingoni, la calidad del forraje permite que se pueda “pegar el salto”. Por eso, apuntan a una idea integral del proceso. “Entendemos que el forraje implica un conjunto de procesos, los cuales tenemos que identificar claramente, para poder ver la película completa. Mientras no gestionemos los procesos no podremos cambiar, y si no cambiamos es porque todavía nos da el margen”, se cuestiona. Y luego defiende la cualidad de superación de nuestros productores: “cuando el agua nos da al cuello empezamos a ver qué podemos hacer y allí sacamos nuestra adaptación a los cambios. Por eso, definamos dónde corregir los errores”, dijo.
Para eso, lo mejor es hablar con los números en la mano, ya que - al igual que en la agricultura- hoy a nadie se le ocurre no fertilizar un maíz, por ejemplo. “Es algo continuo, una trabajo de ida y vuelta que nunca termina”, afirma.
Para el titular de la firma forrajera, hay ciertas cosas que de la tranquera
para afuera no podemos cambiar ni manejar, y si queremos hacerlo nos estamos
enfocando mal. “Dentro de nuestros sistemas tenemos muchas cosas para mejorar.
Hacerlo nos va a permitir sobrevivir en los momentos malos. Si el precio baja,
es un error achicarse. Estoy convencido que trabajando sobre la calidad podremos
sobrellevar mejor esos malos momentos. Aquí es donde hay que ser proactivo,
aunque entiendo que no es fácil, pero en estas épocas se marca muy claro quiénes
son los productores que se despegan del resto. Hay cosas que no se deben
negociar. Igualmente creo que estamos ante una buena campaña de reservas. Es una
caja de ahorro no sólo para los meses de invierno, sino para todo el año”,
expresó.
Fierreros
“Ya no somos simples picadores, somos ensiladores”, se enorgullece Patricio
Aguirre Saravia, titular de la Cámara Argentina de Contrartistas Forrajeros. Y
agrega: “esto es como un equipo de sonido. El audio sonará como el peor de sus
instrumentos”, en referencia a que todo el sistema debe funcionar aceitado y en
armonía, inclusive en las pequeñas cosas, que son las que nos pueden costar
caro. “¿Cuántos mixers tienen su auxilio en condiciones y a disposición?”,
preguntó al auditorio. “Esa persona deberá ocuparse de reparar la goma, una
tarea que entre ida y vuelta puede demorarle unas dos o tres horas, tiempo en el
cual los animales que tienen que entrar al tambo no comieron. El lunes alguien
se preguntará porqué bajó la producción. Y todo por una simple rueda pinchada”,
dijo al nutrido grupo de productores presentes. Detalles que se hacen grandes de
a poco: calibrar la balanza, tapar correctamente el silo, hacer análisis de
suelo, etc.
“Debemos estar conectados todo el tiempo, derrumbando algunos mitos, ya que hay muy buenos trabajos en bunkers incluso mejores que en las bolsas”, dijo en referencia a que los productores deben estar siempre adaptándose.
Respecto de la presente campaña, la calificó como “rara”, aunque al final los números serán buenos. “Climatológicamente ha sido muy marcada por la seca en principio (saliendo en algunos casos de una inundación), pero fuera de ese susto, la cosa fue un poco más relajada. A fines de abril seguimos activamente con un alto porcentaje de equipos trabajando en el país, motivado por el escalonamiento de la siembra. Creo que habrá muy buenos rindes y la Tn. de materia seca será más económica”, manifestó.
Para Aguirre Saravia, la cantidad de nada es nada. Por eso, en materia de
forrajes, la calidad lo es todo. “Cuantificar todo permite ver que lo caro es
cuando no se mete calidad en el alimento. Con todos los vaivenes, quien ha
absorbido mejor las crisis, es aquel productor que históricamente ha trabajado
mejor”, dijo.
Unirse para crecer
La Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros nació hace 11 años. “En aquel entonces, los más chicos y los más grandes compartíamos la problemática. Por eso nos dimos cuenta que estábamos todos preocupados por lo mismo”, dice su presidente. Así se fueron sumando miembros, que hoy alcanzan las 120 empresas, alcanzando el 65 % de las máquinas picadoras del país. “Procuramos dejar de ser meramente picadores, para ser una empresa de servicios que se profesionalice para saber lo que el cliente necesita. Y lo estamos logrando; queremos que se nos evalúe desde todo punto de vista, pero sobre todo por lo que dejamos en el campo, pretendemos profesionalizar la actividad”, agregó. Finalmente, respecto del parque de maquinarias forrajeras, sorprendió con un dato relevante: Argentina cuenta con un parque de maquinaria que está al mismo nivel que los primeros países del mundo. Si bien el 99 % son importadas, hemos registrado un incremento significativo. Desde el año 1994 a la fecha pasamos de estar afuera del mundo a ser uno de los referentes mundiales, en calidad de maquinaria y tecnología aplicada a este tema”, destacó.