La clave está en la historia del lote, de la mano de la rotación de cultivos y fertilización del suelo; el costo fue elevado, pero aspiran a más.
Productores de CREA Teodelina del sur de Santa Fe apostaron a perforar el techo de rendimiento de la soja, y en un campo de la localidad de Santa Isabel lograron 7.500 kilos por hectárea. Aunque el costo fue elevado, ya planean llegar a los 80 quintales para la próxima campaña.
El ingeniero agrónomo Miguel Boxler, coordinador de la Red de Ensayos de CREA, se mostró muy satisfecho con dicho logro. “Queríamos demostrar que es posible llegar a estos rendimientos y lo logramos, pero hay que decir que a esta soja la venimos construyendo hace varios años con una buena rotación de cultivos”, dijo el profesional.
Dicho campo rotado, posee además muy buenas napas y se le realizaron fertilizaciones a todos los cultivos que por allí pasaron. Eso permitió generar un ambiente ideal para que se llegue al rinde que se llegó en esta campaña sojera.
Muchos productores piensan a corto plazo y lo único que hacen es soja, por lo que terminan entrando en un sistema de monocultivo de soja, que trae como consecuencia la compactación del suelo, pérdida de fertilidad y retención de agua, malezas resistentes, etc. “El problema de las malezas resistentes a glifosato es mucho más grave en un sistema de monocultivo de soja, cuando rotamos cultivos también rotamos principios activos de herbicidas y tenemos menos problemas con las malezas”, explicó Boxler.
Joaquín Lagos, productor del CREA Teodelina, destaca el gran seguimiento que se realizó en dicho lote. “Entramos al lote antes de que el problema pasara. Ya no es sembrar la soja, es empezar a plantear la soja como si fuera una semilla de maíz, trabajar con semillas curadas en origen, que te permite trabajar hasta menos de 50 kilos de semillas por hectárea de soja, cuando hoy tiramos arriba de 60”, sostuvo el especialista.
Hablando de densidad de siembra, Boxler apunta a disminuirla cada vez más. “Nosotros veníamos viendo que hay que bajar la densidad en soja, apuntamos a 300 mil plantas por hectárea y nos quedamos largos, así que vamos a bajar para el próximo año a 240 mil plantas”, explicó el ingeniero.
Ponemos todo
Por otra parte, Lagos recalcó que es clave el manejo de la fertilidad del suelo
y coincidió en la disminución de la densidad. “Pusimos mucho fertilizante.
Además, tratamos de llegar a una cantidad de plantas por metro cuadrado que sea
interesante, aunque hay que bajar más la densidad de plantas”, indicó el
productor del CREA Teodelina.
Otro aspecto a tener en cuenta es cuándo aplicar fungicidas. Para Lagos, aplicarlo en el estadío R3 “define el rinde”, mientras que Boxler comentó que “se manejaron muy bien los momentos, estando encima del lote todo el tiempo”.
Hablando de costos directos, se realizó una inversión de alrededor de 1.800 pesos por hectárea, con varias aplicaciones de fungicidas y herbicidas.
Aclararon desde CREA que dicho ensayo no es una idea para campo alquilado, sino para productores que quieren mejorar su campo. La eficiencia se mide por el que gana más dinero por hectárea, y eso queda demostrado en campo propio, aumentando la inversión por hectárea. “Estamos convencidos que invirtiendo en paquete tecnológico hay mejores rendimientos. En campo propio, por cada peso que invertís en él, te rinde más que un campo alquilado”, opinó Joaquín Lagos.
Más en lo mío
La clave entonces está en dedicarse a invertir más en campo propio antes que
arrendar más hectáreas ajenas, realizar una buena rotación y fertilización de
los cultivos y aspirar a lograr dichos rindes, ya que este logro podrá ser
replicado en cualquier otro campo de condiciones similares.