En septiembre de 2011, Cristóbal López adquirió La Salamandra, que pertenecía a Cristina Miguens, por siete millones de dólares luego de que un conflicto intersindical, entre los trabajadores de Atilra y otros gremios, la dejara paralizada.
Poco tiempo después se conoció su intención de adquirir El Amanecer contando con el apoyo de Atilra. Dada la situación financiera de la empresa, López les adelantó dinero a los hermanos Barriola -de más de un millón de pesos-, para el pago a productores.
En plena negociación para firmar la compra, el empresario descubrió problemas
de papeles y decidió no comprarla. A cambio de la plata que había puesto se
quedó con la planta para fabricar dulce de leche que fuera propiedad de Bagley
ubicada en la entrada de Villars sobre ruta 6.
La Salamandra hoy está muy bien posicionada en el segmento del dulce de leche gourmet y la marca se comercializa en 25 países pero lo volúmenes no son importantes y los dulces no premiun que elabora son de baja rentabilidad. "A Cristóbal López no le queda opción: se deshace de lo que tiene o va por más y compra una industria más grande.
Parecería que va por este último camino", señaló una fuente del sector quien afirmó que se trataría de la mismísima Williner, cuyo titular hoy sigue siendo Alfredo Curioti. Existen versiones que señalan que frente al cambio generacional exista más probabilidad de venta que en el pasado.
Ubicada en la ciudad santafesina de Rafaela, la empresa cuenta con cuatro plantas, procesa 560 millones de litros por años y tiene una facturación anual de 400 millones de dólares. Sus productos son comercializados bajo la marca Ilolay.