Las cosas no están del todo bien en el principal exportador del cereal del mundo. El trigo de invierno en EE.UU. se desarrolla en condiciones preocupantes por lo que no se puede estimar un rinde alto. Más bien, podría pensarse en un volumen bajo.
De acuerdo al último informe del USDA y como consecuencia de la escasez de humedad, apenas el 36% del área cultivada se haya en condiciones buenas o excelentes (al 7 de abril), cuando para la misma época del año pasado, este ratio alcanzaba el 61%.
Por el clima, la cosecha del trigo de invierno será sustancialmente menor a la del año pasado. Ya no quedan dudas, y no sólo por menores rindes unitarios, sino también porque una gran parte del área fue dejada de lado. Abandonada.
Lanworth calcula que la producción de este tipo de cereal se reduciría en algo más de un 13% en relación a la estimación del USDA para la campaña 2012/13. Las estimaciones de oferta y demanda, referentes a la nueva campaña, recién se publicarán el mes próximo.
Por ello, cabría aguardar un fortalecimiento de los precios internacionales, cuando los números que sospechamos se confirmen.
Pero lo que sucede en EE.UU. no es una excepción en el mundo. También China y Europa, con la región de la otrora URSS, tienen problemas de producción.
No olvidemos que China, es el país mayor productor del globo, y al mismo tiempo, el mayor consumidor mundial. La producción allí esta seriamente amenazada por lo duro que ha sido el invierno. Así las cosas, este país ha debido aumentar sus importaciones de trigo, fundamentalmente de EE.UU.
A su vez, Europa ha sufrido un invierno de extrema crudeza por lo que se estima una reducción en la cosecha.
En tanto la demanda china no da muestras de agotamiento. Por el contrario, debido a la tendencia a una menor producción doméstica, las necesidades de importación apuntan a crecer.
En este cuadro productivo, un elemento más se une para el sostenimiento de los precios: el dólar parece haber retomado, luego de un buen tiempo de alzas, una senda de depreciación y, por ende, la capacidad de importación de los países fuera de esta moneda se incrementa.
Con este encuadro de futuro inmediato, a nivel de precios internaciones, promisorio… ¿qué pasa en nuestro país?
Nos encaminamos a las tareas de implantación. Se hace necesario planear con el lápiz bien “afilado”. Pero las condiciones políticas siguen bajo un manto de oscuridad pese a que la campaña que acaba de finalizar ha mostrado la menor superficie volcada al trigo desde el año 1902, cuando no había luz eléctrica ni transitaban automóviles en nuestras ciudades. Hace más de cien años.
Este es el resultado de imposición de trabas a la exportación, que permiten la formación de precios inferiores a lo que corresponde según el mercado.
Para ser más precisos, la baja realmente pronunciada se observa desde que el Gobierno comenzó a intervenir el mercado sin mayores tapujos. Así la Argentina pasó de casi 6 millones de hectáreas en la campaña 2007/08 a la actual área que apenas ha logrado superar el nivel de 3 millones de hectáreas.
Por la aplicación de una política de desacople de los precios internos de los internacionales, para presuntamente asegurar el suministro interno, lo que se está logrando es ponerlo en serio peligro, además de reducir la entrada de divisas y de perder mercados de interés geopolítico.
El cuadro que sigue muestra la tendencia a la baja en los stocks finales.
Es cierto que se ha anunciado la liberación de una cuota de 5 millones de toneladas. Pero ello no es suficiente. Se necesita que las autoridades siembren perspectivas favorables y permitan un horizonte previsible que induzca al productor a invertir.