El planteo fue realizado durante sendos talleres sobre resistencias de malezas organizados por la firma FMC y desarrollados en San Antonio de Areco y Rosario, ocasión en la que se analizó en profundidad una problemática que se extiende a amplias regiones del país.
Eduardo Pérez, presidente FMC, destacó la presencia de los especialistas
americanos tanto en el encuentro con la comunidad técnica como con los 50
productores más grandes.
“Nos transmitieron la experiencia de Estados Unidos y cómo se llegó a esta
instancia muy crítica y compleja de malezas, planteando cómo podemos
anticiparnos un poco al problema”, dijo Pérez, quien acotó que “tratamos de no
llegar a la situación en la que están ellos, que –en muchos casos- gastaron más
de 140 dólares por hectárea en herbicidas”.
FMC en Estados Unidos es una de las empresas líderes en este tema y en Argentina fue “una de las primeras en empezar con el desarrollo de herbicidas”.
Pérez destacó el lanzamiento de Capaz XL, que “realmente cambia el modo de acción del resto de los herbicidas, porque no es ni ALS ni glifosato, por lo que permite avanzar con un modo de acción diferente”.
El ejecutivo indicó que FMC presentó un producto el año pasado, en tanto que otros dos serán presentados en el corriente y se preparan tres lanzamientos más para 2014.
Capaz XL, es sulfentrazone más Clorimuron Etil. “El sulfentrazone es un herbicida muy residual, seguramente el más residual del mercado, por lo que hay que cambiar la cabeza del productor. Se aplican cuando no están las malezas, en invierno o en otoño, antes que la maleza nazca, lo que impide que la maleza nazca y se meta en el cultivo. Creemos que la solución pasa por ese lado”, dijo Pérez.
Es que “hubo 15 años de glifosato, en los que el productor veía nacer la maleza y luego decidía si aplicaba y cuantos litros de glifosato. Ahora cambia la forma de trabajar, ya que la solución pasa por empezar a aplicar productos residuales cuando la maleza no está”.
Nuevos paradigmas
A su turno, el investigador Bryan Young, de la Southern Illinois University Carbondale, planteó conceptos básicos de resistencia de malezas a herbicidas, como resultado “de utilizar en exceso la tecnología Roundup Ready”.
Acotó que “hace una década que la hemos usado para el manejo de malezas, como sucede en la Argentina. Hoy tenemos millones de hectáreas infectadas en Estados Unidos en producción de soja y de maíz”.
Analizó soluciones de manejo y recalcó que “estamos utilizando herbicidas
múltiples y residuales en suelo para retrasar la aplicación de glifosato en
postemergencia e incluso evitarla en el caso de maíz”.
Hizo referencia a las denominadas mezclas de tanque, utilizando glifosato y
otros productos, aunque “el costo de esos programas es cinco o seis veces lo que
los productores pagaban antes por acre”.
Admitió Young que “el productor tardó en darse cuenta y reconocer que tenía un problema de resistencia al glifosato”, lo cual implicó una gran infestación y reducciones de rinde que –en algunos casos- llegaron al 50 por ciento”.
El profesional mencionó “similitudes bastantes significativas entre Argentina, Estados Unidos y otros países” y planteó que “los que más se beneficiaron con la tecnología Roundup Ready serán los que más impacto van a tener cuando se desarrolle la resistencia al glifosato. Muchos se beneficiaron con el uso y el lanzamiento de RR y ahora tienen más problemas. Lo usaron porque era económica, accesible y simple, por lo que dejaron de utilizar un montón de herbicidas como lo hacían antes. Ahora tienen que volver a ellos porque se complementan con el glifosato”.
No se detuvo en el tema químico, sino que apeló a buscar distintas prácticas culturales, como espaciar los surcos, hacer alguna labranza o hacer cultivos de cobertura, de forma de “manejar la resistencia y mantener rentable al campo”.
El especialista dijo que “las malezas más problemáticas son similares a las que teníamos antes del glifosato, pero hay algunas excepciones como es el caso de la Conyza (rama negra)”.
Es que antes del glifosato, “la Conyza no era tan problemática y su manejo tampoco. Antes empezaba al principio de nuestras campañas, pero ahora se reproduce durante toda la campaña de soja. Además, hay malezas que antes no se desarrollaban en nuestros sistemas de producción y ahora sí. El mismo sistema de producción es el que ha generado que proliferara más esa maleza”.
Agregó que “otra especie que es nueva y que es resultado del glifosato es en amaranthus palmeri, que preocupa en la Argentina. No la teníamos antes. Con el movimiento de la semilla, si el productor aplica glifosato y permite que esa planta sobreviva, va a quedar e irá proliferando más. Estas dos malezas quizás no molestaban tanto antes de la época de RR, pero se exacerbaron ahora”.
Cambio de tendencia
En tanto, Brent Neuberger, FMC de Estados Unidos, destacó como al sulfentrazone, como uno de los productos más importantes.
La autoridad de Estados Unidos aprobó al herbicida porque es muy bueno para el amaranthus, “que es el problema más serio que tenemos en Estados Unidos. Es muy eficaz y hace un trabajo excelente.
Vemos que los productores americanos están utilizando estos herbicidas preemergentes”.
El concepto central en Estados Unidos es que “la maleza que crece ya tiene resistencia al glifosato, por lo que estamos pasando de tratamientos de postemergencia a los de preemergencia”.
Acotó que “tenemos cinco herbicidas distintos. Combinamos el sulfentrazone con el glifosato y tenemos dos modos de acción diferentes al mismo. Así aumentamos la cantidad de malezas que controlamos en preemergencia”.
Recalcó que “una de las fortalezas claves por las que el sulfentrazone es mejor que cualquier otro producto es porque tiene una vida media más larga. Como la especie amaranthus -en Estados Unidos- crece durante toda la campaña es importante tener un herbicida con un efecto residual largo y mayor capacidad de control. Además, también resulta seguro para el cultivo siguiente”.
Brent Neuberger sostuvo que “en Estados Unidos en general se rota de soja a maíz, por lo que si ponemos una buena dosis nos va a dar una buena protección durante toda la campaña de soja y no va a tener ningún impacto negativo sobre el maíz”.
“El programa integrado nos permite utilizar un abordaje de preemergencia, residual en el suelo y reducir la presión de selección, de la cual hemos sido responsable nosotros mismos”, sentenció.
El referente de FMC dijo que el pyroxasulfone es otro herbicida distinto, con otro modo de acción y que también sirve para malezas de hoja ancha.
Añadió que “en las situaciones más difíciles de Estados Unidos tenemos una superposición de modos de acción, ya que ponemos en premergencia sulfentrazone y el otro en la etapa temprana de postemergencia, por lo que tenemos una superposición de modos de acción”.
Para el monocultivo planteó que “un año vamos a utilizar el sulfentrazone y otro al otro herbicida, lo que de alguna manera alarga la vida de estos dos productos químicos”.
Más adelante, Neuberger marco una tendencia muy clara: “hace dos años el uso promedio de herbicidas en premergencia en la producción sojera de Estados Unidos era de 25 o 30 por ciento. El año pasado superó el 55 por ciento de la superficie cultivada” y sentenció que “hay que aumentar el uso en preemergencia para extender la vida útil del glifosato”.
Anticiparse para no lamentarse
En tanto, Fernando Gimbatti, del área de marketing de Ruralco, destacó la importancia de entender el desarrollo de la problemática en Estados Unidos “para tratar de anticipar potenciales nuevas malezas resistentes y ver el manejo de las que tenemos, como Conyza y sorgo de Alepo, y otras que van apareciendo”.
Destacó la trascendencia de “aprender de las experiencias de FMC en otras geografías, como Brasil y Estados Unidos, donde vienen trabajando desde hace cuatro o cinco años con este tema y con soluciones que incluyen programas de manejo para tratar de controlar malezas resistentes y tolerantes a glifosato”.
Más adelante dijo que “a fines de la década del 90 el glifosato fue una alternativa muy buena y muy importante para el productor, muy simple y se adoptó tan rápidamente que -de alguna manera- es la única que se vino aplicando en los últimos diez años. Eso derivó en una presión de selección en malezas más resistentes”.
Acotó que “tal vez se debería haber combinado con otra tecnología, como herbicidas residuales y otros con modo de acción diferentes”.
Por otra parte, “La rotación de cultivos es beneficiosa para muchas cosas, como la conservación del suelo, manejo de enfermedades y de malezas”, dijo Gimbatti.
Añadió que las líneas de trabajo pasan por rotación tanto de cultivos, como de productos y de herbicidas.
El lanzamiento
FMC lanzó al mercado CAPAZ XL, un herbicida que combina la acción de dos ingredientes residuales de diferente modo de acción, que provee excelente control de malezas difíciles durante el barbecho.
El continuo uso de glifosato como única herramienta de control de malezas durante los barbechos químicos de lotes destinados a la siembra de soja, provocó la aparición de malezas altamente tolerantes, cuando no resistentes a este principio activo. Entre este tipo de maleza, se destaca Rama Negra (Conyza Bonaerensis), dado su resistencia a glifosato, su alta prolificidad y la capacidad de germinar en el lote, tanto en otoño como en primavera. Esta última germinación es la más peligrosa dado su rápido estiramiento e inducción a floración lo que dificulta su control ya que la ventana de susceptibilidad a herbicidas se reduce notablemente.
La tecnología de control actual de la camada otoñal en base a Glifosato más 2.4 D y Metsulfurón, es exitosa solo durante unos primeros meses, perdiendo efecto al momento de inicio de las precipitaciones y aumentos de la temperatura.
Para cubrir este bache, nació CAPAZ XL, herbicida que combina la acción del sulfentrazone, principio activo perteneciente a la familia de las PPO, con el Clorimuron Etil, perteneciente a la familia de las Sulfonilureas, cuyo modo de acción es conocido como ALS. La combinación de ambos modos de acción es altamente recomendada para evitar la aparición de poblaciones resistentes.
Capaz XL se aplica durante los meses de mayo y junio, dependiendo de la zona y del momento de siembra de la soja y es altamente efectivo en el control de la emergencia de la camada de primavera de malezas difíciles, entre ellas Rama Negra. Aplicado en este momento, reduce la proliferación por semilla y mejora la disponibilidad de nutrientes y agua. Dado que es un producto foto estable no corre riesgos de degradarse por la acción del sol. Por otra parte evita la presencia de malezas hospedantes de insectos durante el invierno.
Capaz XL no posee restricciones en cuanto al tipo de soja a utilizar. Su amplio espectro de control quedó demostrado en los diferentes ensayos realizados durante las campañas 2009/10, 2010/11 y 2012 mostrando así su estabilidad de acción tanto en años secos como en aquellos donde los excesos hídricos fueron la característica principal.