Las lluvias que llegaron en la transición de febrero para marzo y que con intermitencias se observaron hasta la jornada del domingo 25, han cerrado la campaña de granos gruesos. Este período más húmedo fue muy oportuno para las sementeras atrasadas, sin embargo a gran escala se nota el predominio de precipitaciones por debajo de los valores normales.
Se aprecia una clara concentración de las lluvias abundantes en el extremo noreste del país, habiendo gran parte del este de BA y zonas del centro de CB lluvia que pueden considerarse normales, con algunos puntos no representativos donde las mismas fueron algo abundantes.
El mes de marzo difícilmente incorpore nuevas precipitaciones, esperándose que se sucedan hasta el domingo jornadas con alta insolación y temperaturas con lenta tendencia a aumentar, pero en general dejando un ambiente muy confortable, tal como se espera en la transición del verano para el otoño.
En esta época de cosecha es favorable que se sucedan jornadas con alta insolación y tiempo más bien seco. Sin embargo este también es un momento en que se deberían concretar las recargas importantes en el perfil. Si consideramos que las exigencias atmosféricas retroceden, la demanda de los cultivos ya es prácticamente nula, un máximo pluvial llega justo para que el balance hídrico resulte ganancioso a finales de marzo. Esto no se está concretando y por lo tanto la recuperación del perfil para las potenciales siembras de la fina quedará vinculada a lo que pase durante abril y la primera parte de mayo.
El comienzo del mes de abril presentaría algo más de inestabilidad, sin embargo por lo pronto los modelos de pronóstico no anticipan lluvias que quiebren este patrón deficitario. La presión aumenta a medida que nos desplazamos al corazón del otoño y puede convertirse en un indicador negativo si no se modifica.
- Por CCA - exclusivo Agrositio
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