Honor y gloria a Hugo Chávez! Que viva por siempre!, afirmó con la voz quebrada por la emoción el vicepresidente venezolano Nicolás Maduro tras anunciar ayer por la cadena oficial una noticia que ya era un secreto a voces: la muerte del líder boliviarino, luego de un dificultoso batallar contra el cáncer en los últimos dos años.

El deceso, ocurrido a las 16.25, causó un profundo impacto en Buenos Aires. Es que desde la llegada al poder de Néstor y de Cristina Kirchner, Chávez se había convertido en un aliado incondicional. Esta afinidad ideológica sobre la realidad política y económica regional trajo como consecuencia la ampliación de los vínculos económicos y comerciales entre ambos países, sujetos ahora al complejo proceso de sucesión que debe encarar Venezuela.

El primer aporte sustancial de Chávez fue financiero, ya que su país participó activamente hasta 2009 en las emisiones de deuda que organizaba la Argentina. Pero en los últimos años, el intercambio comercial empezó a estar dominado por la provisión de combustible, vital para las necesidades domésticas por la insuficiente producción local de gas y petróleo.

La muerte del fundador del socialismo del siglo XXI también tendrá alto impacto para la izquierda latinoamericana, ya que los petrodólares venezolanos sirvieron para apuntalar al régimen cubano y a los gobiernos amigos de Nicaragua, Bolivia y Ecuador, con los que armó un eje de poder regional. La Alianza Bolivariana (ALBA), nacida en 2001 como contraposición al ALCA, quedó sumida en una situación incierta. Su principal soporte es Petrocaribe, una alianza que garantizó hasta ahora el reparto de 95.000 barriles diarios de petróleo (43% de la demanda de la región), a pagar en 25 años. Lo mismo sucede con la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), que se quedó sin uno de sus principales referentes.

Apenas se difundió la noticia cientos de miles de chavistas se volcaron a las calles del país a expresar su desconsuelo.

Horas antes de anunciar el deceso de su líder, Maduro había utilizado la cadena oficial para denunciar un conspiración internacional, liderada por la derecha venezolana y Estados Unidos, que sería, incluso, responsable de la enfermedad del mandatario, según aseguró.

El vicepresidente hizo después un llamado a la paz y la tranquilidad entre los venezolanos. Dijo que la policía se desplegará en todo el país, mientras las Fuerzas Armadas le ofrecieron su respaldo en un mensaje a cargo del ministro de la Defensa, Diego Molero, que fue transmitida en cadena de radio y televisión. El jefe del Comando Estratégico Operacional venezolano, Wilmer Barrientos, confirmó anoche que el país se encuentra en situación de normalidad.

El líder de la oposición en Venezuela, Henrique Capriles Radonski, manifestó anoche su solidaridad a familiares y simpatizantes de Chávez y exhortó a demostrar amor y respeto en estos momentos difíciles.

En momentos difíciles debemos demostrar nuestro profundo amor y respeto a nuestra Venezuela. ¡Unidad de la familia venezolana!, agregó en su cuenta de Twitter.

Capriles fue derrotado por Chávez en las últimas elecciones presidenciales, en octubre pasado, y dos meses después fue reelecto gobernador del poderoso estado Miranda.

La comunidad venezolana residente en EE.UU., la inmensa mayoría en Miami y sus alrededores, recibió con sentimientos enfrentados la muerte de Chávez, ya que a la esperada noticia se le suma el temor de que su sucesor imponga un régimen más extremista.

El gobierno venezolano decretó siete días de duelo nacional. El canciller Elías Jaua, precisó que hoy se trasladarán los restos mortales del gobernante desde el Hospital Militar, donde ingresó procedente de Cuba hace quince días, hasta el hall de la Academia Militar, en el oeste de Caracas.

El ministro explicó que se eligió la academia para despedirlo, porque es la cuna de la revolución bolivariana y el sitio donde nació el presidente Chávez, como el propio jefe de Estado lo había manifestado.

El traslado estará acompañado por todo el pueblo y pasará, entre otros sitios, por la avenida de Los Próceres, en el oeste de la ciudad, que ha servido en múltiples ocasiones para desfiles militares y que, en esta ocasión, tendrá unas tribunas llenas de pueblo, combatividad y de esperanza.

El cuerpo permanecerá en capilla ardiente en el hall de la Academia Militar hasta el viernes 8 día en el que se realizará la ceremonia oficial, en la que estarán presentes mandatarios de diversos países, entre ellos la presidenta Cristina Kirchner.

La Constitución venezolana establece que 30 días a partir de la muerte o inhabilitación de un gobernante electo, se procederá a una elección. El proceso de transición será un reto para el vicepresidente

Maduro, quien hizo un llamado a la unidad de las heterogéneas corrientes oficialistas, que incluyen desde militares hasta radicales de izquierda.

La muerte de Chávez pone a la nación de 29 millones de habitantes nuevamente en la encrucijada entre continuar con su revolución socialista o moderar la marcha.