Una combinación de siembra tardía, alquileres caros, costos en aumento, retenciones y rendimientos rebanados por la sequía los acercan a situaciones de quebranto en muchos casos.

La cuenta es fácil: "Quien pagó un alquiler de 16 quintales por hectárea de soja en el sur de Córdoba y vendió anticipada gran parte de su producción en soja de primera a 334 dólares por tonelada tiene un rinde de indiferencia del orden de los 35 quintales por hectárea si desarrolló un planteo técnico estándar", calcula un técnico que trabaja en esa región. Expresado de otra manera: hacen falta tres toneladas y media de soja por hectárea para pagar los gastos, un rendimiento que pocos arrendatarios alcanzarán.

"Lamentablemente, muchos rindes de soja de primera se ubicarán en el rango de 26 a 30 quintales por hectárea en 2013, y se generan pérdidas de 80 a 150 dólares por hectárea en campos arrendados", cuantifica el asesor.

Con el mismo valor de alquiler pero para producir maíz, vendido a 190 dólares por tonelada, el rinde de indiferencia es de 80 quintales por hectárea. Si sólo se obtienen 70 quintales por hectárea, se pierden 50 dólares por hectárea.

RINDES SIN DEFINIR

Los cálculos anteriores han sido hechos con muy buenos precios a cosecha. Sin embargo, quien no se cubrió oportunamente podría enfrentar un escenario peor vendiendo en plena recolección. Que eso se concrete o no "dependerá de la evolución de los cultivos de la región en las próximas semanas y luego de la siembra en el hemisferio norte", adelanta Sebastián Olivero, titular de la consultora Agro Tecei.

La producción nacional de soja no tiene un número final porque muchos cultivos de siembra tardía muestran desuniformidad y baja altura, y aún dependen del clima en los próximos días, que continúa mostrando un comportamiento errático, sobre todo en la distribución espacial de las lluvias.

En ese sentido, el consultor José Luis Aiello no espera precipitaciones importantes en los próximos diez días en la región pampeana, excepto en los campos más cercanos al océano Atlántico. Es más: su pronóstico continúa siendo de precipitaciones por debajo de lo normal, con mucha irregularidad regional.

En la semana hubo lluvias convectivas de 40/60 milímetros en algunas provincias, que cubrieron superficies acotadas. "Los cultivos avanzan con dificultades porque los registros pluviométricos son bajos y la evapotranspiración es muy alta en esta época", destaca Aiello.

Las lluvias conectivas se producen cuando ingresa un sistema frontal de 500 o 600 kilómetros de una zona, pero genera precipitaciones sólo en algunos núcleos creados por ascensos muy rápidos de aire, que transforman vapor en agua y provocan lluvias.

Mientras el partido de la producción de soja se termina de jugar, pocos productores han tomado posiciones comerciales de cobertura. Las causas son varias según Olivero: la primera es la incertidumbre reinante sobre el rendimiento final por obtener. "Todavía quedan semanas clave para los rindes de soja tardía", advierte el consultor.

La segunda es que los precios a cosecha son buenos, pero menos atractivos que los del maíz, con el que se concretaron más negocios. También influye la mayor libertad comercial de la oleaginosa, que no requiere los permisos de exportación que se exigen para los cereales, y la perspectiva de alta inflación para 2013, frente a la cual el grano se puede comportar como reserva de valor.

REVANCHA SE BUSCA

A más largo plazo, importa lo que ocurra en el hemisferio Norte, sobre todo en los Estados Unidos, donde los farmers quieren tomarse revancha con el maíz y la soja luego de la sequía de 2012, aunque todavía no se han podido alejar de ese flagelo.

"Si se considera que el área por sembrar con maíz aumentará levemente y se toman en cuenta los rindes históricos, en agosto-septiembre podrían entrar en el mercado 50-70 millones de toneladas más que el año pasado, que se comportarían como un elemento bajista", adelanta el analista.

No obstante, también advierte que "la sequía todavía no se superó: hay zonas donde la humedad sigue faltando, como en Iowa, el principal estado agrícola, que sufre déficit hídrico en el 100 por ciento del territorio y sequía severa en el 50 por ciento. Illinois está un poco mejor, con el 25 por ciento afectado.

"Todavía hay tiempo para que esta situación negativa se revierta -la siembra de maíz comienza en abril y la de soja entre fines de abril y mayo-, pero se prevé volatilidad en las próximas semanas, con posibilidad de bajas en las cotizaciones a fines de julio-agosto si el clima se normaliza", anticipa.

Internamente, el maíz se ha vendido más que la soja porque hubo "ventanas" de precios superiores a los 200 dólares por tonelada, en paridad con la cotización internacional, y porque los productores prefieren concretar operaciones anticipadamente por temor a que el mercado se cierre más adelante por una no liberación de ROE Verdes.