Axel Kicillof habría vuelto a proponer desdoblar el mercado cambiario. Lo sugirió en el marco de una fuerte crítica a la forma como Ricardo Etchegaray instrumentó el cepo cambiario y objetando, a la vez, el manejo que realiza Guillermo Moreno para controlar los precios.
Kicillof propone, para flexibilizar el cepo al dólar, un billete financiero cercano al “blue” y un tipo de cambio comercial un poco por encima del oficial de 5 pesos.
La sugerencia se reactualizó frente al malhumor de la Presidenta por el drenaje electoral en la clase media que genera el cepo y por el alza de los precios que afecta a los sectores sociales más necesitados.
Kicillof ya había recomendado el desdoblamiento desde su centro de estudios, cuando se acercó al “cristinismo” y se lo propuso a la Presidenta apenas asumió como viceministro. A fines del 2011, Cristina Kirchner optó por las sugerencias de la AFIP y de Moreno y desechó el plan.
Ahora, volvió con su viejo proyecto ante la evidencia del recalentamiento inflacionario y de un saldo horroroso en la instrumentación de las restricciones por parte de la AFIP.
Además, en las reuniones con sus íntimos no ahorra críticas al desmanejo del Banco Central.
Kicillof quiere arrinconar a Mercedes Marcó del Pont, para ocupar lugares clave en el directorio del BCRA.
Ya intentó algo parecido con el Banco de la Nación y generó que su titular, Juan Fábrega, presentara dos veces la dimisión. En ambos casos, Fábrega no se fue por los pedidos intimidatorios de Cristina.
Por eso las propuestas de Kicillof reabrieron la interna del gabinete económico y generaron, también, fuertes críticas cruzadas de Moreno y Etchegaray contra el joven economista.
“El tiene recetas comunistas, yo soy peronista”, repite despectivo el secretario de Comercio. Hasta ahora, Moreno le ganó todas las pulseadas, pero lo combate porque sabe que el viceministro tiene llegada a Cristina.
La movida de Kicillof también reflotó un “paper” que se atribuye a su equipo sobre un “Plan económico Federal.” La primera noticia la dio Julio Cobos y nadie lo desmintió. Ayer se habló del tema entre banqueros, y varios CEO’s de multinacionales hicieron consultas para averiguar sobre la veracidad del programa.
El documento que circuló incluye varios ejes centrales: una devaluación fuerte y un cambio de moneda para que nazca el “Peso Federal”. El trabajo dice que el dólar pasaría a tener flotación sucia y que habría varios tipos de cambio. Así se liberaría el acceso a monedas extranjeras. También buscaría generar un colchón de reservas (por la devaluación) sobre la base monetaria y se fijarían precios sugeridos para contener la inflación.
La propuesta tiene serias inconsistencias y, de aplicarse, generaría un mayor golpe inflacionario. Por ahora no pasó de un debate interno en el gabinete de Kicillof, pero su difusión generó que ayer en la City influyentes banqueros hablaran del tema. También desconoce una realidad política: va contra la aversión de la Presidenta a instrumentar planes económicos.
La iniciativa –en definitiva– incluye un mix de lo peor del Plan Austral, el Plan Primavera y la Convertibilidad. Son ideas ochentosas.
Sólo la débil credibilidad que tienen los funcionarios del Palacio de Hacienda y los problemas reales de la economía hicieron que el supuesto “Plan Federal” tome cuerpo entre los banqueros y hombres de negocios. También indica que los distintos integrantes del equipo económico buscan posicionarse a la espera de decisiones políticas de la Quinta de Olivos, frente a los evidentes desajustes de la economía.
En la Casa Rosada reconocen que el gabinete esta “licuado” y que la Presidenta tendrá que replantear varios temas económicos y políticos.
El cuerpo diplomático profesional quedó perplejo al confirmar el involucramiento de Susana Ruiz Cerutti en el cuestionado acuerdo con Irán. Cerruti fue canciller de Raúl Alfonsín.
Guillermo Moreno le hará frente a Kicillof y se prepara para que su gestión sea otra vez bendecida desde Olivos. Para eso refuerza estructuras propias como la CGE. Su titular, Ider Peretti, sumó a la CGERA de Marcelo Fernández y sondeó a la CAME de Osvaldo Cornide. También intenta fracturar a la Federación Agraria y cooptar algunos de sus militantes. El principal desafío de Moreno es frenar el recalentamiento inflacionario generado por las decisiones de la Casa Rosada tomadas en diciembre: tarifazos y aumento de las naftas.
Kicillof acusa a Moreno del actual desborde inflacionario y de los sucesivos fracasos que acumula el control de los precios.
En la Copal, el miércoles, se trató la inusual medida dispuesta por la Secretaria de Comercio: es la primera vez en la historia argentina que se instrumenta un congelamiento y no existen listas de precios oficiales para guiar a los consumidores.
Los hombres de negocios tuvieron un tono conciliador, porque existe un miedo bien fundado a las represalias de la Casa Rosada. Así, Daniel Funes de Rioja lo trasmitió a los caciques de la UIA: “Se puede llegar a abril, pero después habrá que pensar en negociar ajustes de precios.” Moreno tiene decidido avanzar con una salida que implica una mayor injerencia en los contratos privados.
El secretario de Comercio comunicó que el Gobierno establecería, a partir de mayo, los márgenes de utilidad que tendrán las compañías de alimentación. La intención del funcionario consistiría en lo siguiente: desde abril los precios sólo se moverán en función del aumento de los costos, más una rentabilidad para todos del 7% anual decretada por él mismo.