Es una situación muy riesgosa que los analistas de mercado aconsejan modificar. Veamos.
Ricardo Baccarin, vicepresidente de Panagrícola SA, sostiene que "la cosecha de EE.UU. no fue tan mala como la de maíz, pero a mediados de 2012 los mercados asumieron que los dos cultivos habían sido igualmente afectados, y eso catapultó los precios de la oleaginosa a más de US$ 600 por tonelada. Por el contrario, las últimas estimaciones muestran que la cosecha de soja no estuvo tan alejada del promedio histórico y eso le resta presión a los precios". Adicionalmente, la agregaduría agrícola de Brasil pronostica una cosecha muy buena, de 83 millones de toneladas, que superaría a la de EE.UU. por primera vez en la historia.
En la Argentina, más allá de la crítica situación que aún se vive en Daireaux, Ameghino y en otras localidades de la provincia de Buenos Aires por las inundaciones, se va reduciendo el área afectada, que no sobrepasaría actualmente las 500.000 hectáreas, según el analista.
En función de esta mayor oferta mundial previsible de soja, Baccarin aconseja comprar puts para ir asegurando precios de una parte de la producción esperada por lo menos. Propone invertir 4 dólares por tonelada para asegurarse un precio de US$ 294 por tonelada o 5 dólares para US$ 298 y 6 para US$ 302, según las cotizaciones de esta semana. Aconseja arbitrarse para cubrir los costos por lo menos, que este año muestran tendencia creciente por la inflación y por la potencial necesidad de más tratamientos con fungicidas.
También recomienda asegurar precios porque muchos agricultores vienen muy golpeados económicamente por los fracasos de las cosechas gruesa y fina de 2012 y no hay lugar para nuevos quebrantos en 2013."Hace 15 días, muchos productores no querían arbitrarse porque no sabían si podían sembrar; ahora algunos pueden hacerlo y deberían cubrirse, además de ocuparse de la operación de siembra", aconseja.
Sebastián Gavaldá, titular de la consultora Globaltecnos SA, observa que, lentamente, los campos agrícolas se van secando, a partir de un enero menos húmedo que los meses anteriores. "No sobra piso en ningún lote, pero en los últimos días las sembradoras han trabajado, aprovechando muchas horas por día", reconoce. Esta es una de las causas por las cuales el mercado de soja muestra una tendencia declinante, más allá de los altibajos semanales. Chicago cotiza a US$ 518 por tonelada para la posición enero; US$ 510 para marzo, y US$ 506 para mayo.
PERSPECTIVAS
¿Qué puede pasar con los precios a cosecha? Primero hay que monitorear la evolución posible de los cultivos sudamericanos. "Los fondos pueden continuar desarmando posiciones y se pueden generar bajas adicionales si el clima acompaña mejor los cultivos de la Argentina, Brasil y de Paraguay, aunque esa tendencia no estaría exenta de movimientos temporarios en sentido contrario por una seguidilla de días de altas temperaturas o por desarrollo de enfermedades", conjetura.
Mientras tanto, hay poca predisposición de los productores a vender soja a cosecha a US$ 320 por tonelada, luego de haber dejado pasar cotizaciones de US$ 340. No obstante, el consultor aconseja comenzar con ventas de futuros en el Mercado a Término de Buenos Aires, con simultánea compra de calls, para quienes aún no han tomado posiciones y, sobre todo, para quienes desarrollan su actividad en campos alquilados. Esta alternativa ofrece mejores precios que los obtenidos en el mercado forward.
Quienes tengan un porcentaje alto de ventas ya concretadas a precios mayores a los actuales y desarrollen agricultura en campo propio, podrían esperar algún rebote circunstancial provocado por sucesos imprevistos en la evolución de los cultivos.
Baccarin también recomienda prestar atención a la soja vieja. Todavía hay alrededor de cinco millones de toneladas en manos de los productores y se mantiene un alto spread entre la cotización enero (US$ 380) y marzo (US$ 320). El período entre ambas posiciones se acorta día a día y en algún momento ambas cotizaciones se unificarán. "Quien tenga soja guardada no tiene mucho tiempo para arbitrarse", alerta el analista.
"El mercado de la soja mostró muy buen comportamiento desde la cosecha hasta octubre-noviembre, pero luego no evidenció síntomas de recuperación con fuerza y es difícil que ese proceso se concrete con la potencial oferta que se avizora. En ese contexto, no se ve la conveniencia de seguir reteniendo soja vieja", concluye.