La preocupante información de los operadores de los puertos graneleros de la última semana, dan cuenta de los graves problemas que han provocado en los embarques de granos y subproductos, las nuevas resoluciones de la Aduana para el control de peso de carga y estupefacientes, a pesar de estar en temporada baja.
La primera conclusión después de las medidas, es que hay que volver al sistema de control de carga de buques graneleros existente al 12 de octubre pasado para evitar un efecto “Puerta 12” en cosecha por las resoluciones de la Aduana cuando comience la zafra.
El sistema anterior demostró en una evaluación realizada, que está en condiciones de cumplir con todas las necesidades para el control del estado , evitando de esa forma más trastornos y mayores costos que se traslada al productor , por la deficiente infraestructura actual de la logística, ante la falta de inversiones de los últimos años, para atender en tiempo y forma una cosecha de 100 millones de TT.
El 12 de octubre pasado por resoluciones de la Aduana Nº. 2914/94 y 2220/90 se admiten , además del usual sistema de balanzas electrónicas, el de calado y sondaje de tanques (“draft survey”) como contramedida para el peso de las cargas sólidas y líquidas a granel , que funciona como un sistema de estimación visual pero no de determinación electrónica.
Sin embargo, lo novedoso de las notificaciones recibidas radica en que ese sistema se realiza por cada uno de los permisos de embarque (hasta ahora sólo se aplicaba por buque completo y en forma aleatoria) , lo que afecta seriamente la agilidad que requiere la operatoria aduanera de exportación.
Y por Resolución 3341/12), pone en práctica para los controles de estupefacientes sin contar con los equipos multidisciplinarios suficientes y carentes de plazo para la realización de esos procedimientos, provocando una demora en el despacho de los buques, agregando más costo al transporte a los mercados del mundo.
Avala estas afirmaciones la evaluación realizada durante la segunda quincena de octubre , de los 143 buques que recalaron para embarcar granos y productos agroindustriales, 77 navíos (54 %) sufrieron demoras por diversas causas de 17 horas promedio, lo que produjo una acumulación total de 1.300 horas de atraso . Una demora de 17 horas representa aproximadamente el doble de tiempo en la carga de un buque en muchos casos.
El atraso implicó casi dos millones de toneladas de productos que se podrían haber embarcado y no pudieron hacerlo . Hay que tener en cuenta que dos millones de toneladas representan 50 buques de 40 mil de TT. Los inconvenientes resultan por lo tanto verdaderamente innecesarios dado que el sistema de pesaje por balanza se realiza con aparatos electrónicos de última generación aprobados por el INTI , sistema que posibilita, además, lograr una mayor precisión en un menor tiempo, favoreciendo así la celeridad de las operaciones, característica que ha puesto al “origen argentino” entre los más competitivos del mundo.
Y pudimos mantenernos en esa categoría, a pesar del incremento de la conflictividad gremial que ocurrió este año (50 días de paralización total o parcial de los puertos, según algunos cálculos del sector), esos retrasos constituyen otro factor negativo que pone en riesgo de que el sistema portuario del país vuelva a ser considerado “sucio” , con el encarecimiento de los costos asociados por penalizaciones internacionales . Las nuevas resoluciones de la Aduana, si no se derogan, nos pondrían más cerca de esa clasificación internacional por las demoras en los embarques.
Consecuencias de las nuevas resoluciones:
-Las empresas exportadoras tendrán que suspender o reducir el recibo de granos en sus instalaciones.
-Se agravara más la operatividad de todas las empresas chicas que el gobierno quiere incentivar, que trabajan sin acopio en puertos, que dependen de los servicios de los grandes exportadores o cargan en forma directa los buques.
-Menor cantidad y fluidez de camiones transportando a puertos por falta de cupos para descargar, muchas veces convirtiendo los camiones en silos móviles en puertos.
-Al dilatarse las demoras en la carga y zarpada de los buques aumentara la cantidad de buques en espera y generaran gravosos costos
-Esos retrasos producirá la saturación de las radas (lugar para el estacionamiento o fondeo de buques) por lo que la Prefectura Naval Argentina regula la subida del río Paraná (los sitios de espera están colmados) de embarcaciones con destino a las terminales portuarias ubicadas más arriba (“up river”), en virtud de que los barcos que deberían estar terminados siguen cargando.
-Limitara, en definitiva, la fluidez del ingreso de divisas en cosecha por falta de entrega y embarque de la mercadería que dispara las transferencias de pago.
Conclusión: No puede ser que por una medida burocrática de un funcionario , que se fijó en un solo objetivo al tomar la medida - cobrar una deuda de los exportadores que está en la instancia judicial - , terminen provocando un caos en la logística de transporte y de embarque en la próxima cosecha.
En las actuales condiciones del país y ante los graves problemas que hay para resolver - inclusive en la mejora de la logística en los puertos - no es sensato que el gobierno genere un nuevo problema , destruyendo un sistema de control de pesada que funciona bien, reemplazándolo por otro que ya no se usa en el mundo.
La ciudadanía envió un mensaje muy claro el 8N y 20N para quien quiera escucharlo: no están dispuestos los ciudadanos a aceptar más mentiras y presiones de sus dirigentes y gobernantes pasivamente. Más allá del mandato reciente al gobierno del 54%, tiene que tener capacidad de rectificar su gestión y de cambiar sus equipos, para que sus seguidores lo puedan seguir apoyando.
Por Arturo Navarro
Fuente: Años de Campo