En los últimos días, las liquidaciones de los fondos caminaron con paso ágil y sobre rieles, con el propósito de efectivizar ganancias.

En tanto, para el maíz, los que actuaron fueron los fondos denominados índice. En cambio, para la soja, fueron los llamados especuladores.

La cuestión es que los fondos, sacando dinero del mercado, han reducido sustancialmente su posición neta comprada en Chicago.

Pero pese a todo, y a las órdenes de venta, la realidad es que tanto uno como otra mantienen todavía una fuerte posición comprada. Ello es una señal de alarma aunque no necesariamente representa un futuro de bajas.

El cuadro de precios, específicamente para la soja, en esta atmósfera es negativo. No sólo por éste sino también por la presión ejercida por el avance de las máquinas de cosechar, que ya han cubierto gran parte de la superficie sembrada.

Se calcula que la cosecha de soja en EE.UU se aproxima al 30% de la superficie.

Obviamente, tal avance no ayuda a los valores. Pero hay más… sobre llovido mojado: la información del USDA acentúa esta etapa de precios pesimista, ciertamente.

La noticia de los stocks norteamericanos, por parte de este organismo, está contribuyendo a la depresión de precios.

El stock de soja en EE.UU. estimado recientemente por el USDA ha resultado superior a lo esperado. Se trata de un volumen mayor al aguardado en más de un millón de toneladas.

Pero no debemos de dejar de apreciar que, en rigor, el stock respecto al año anterior resulta casi 6 millones toneladas menor.

Entonces… cabe preguntarse ¿qué actitud tomarán los fondos cuando termine la cosecha?

Porque… paño para seguir vendiendo, tienen.

En definitiva, están con una gran cantidad de contratos comprados, que aún mantienen en sus manos.

Al mismo tiempo, siguen firmes las condiciones para sostener los precios en niveles superiores a los actuales. Puesto que hasta que ingrese la cosecha de Sudamérica, la oferta en el mercado mundial será escasa.

Y esta parte del continente poco puede hacer en el hoy por hoy.

El caso de nuestro país es claro: no hay mucha mercadería disponible.

Muchos creen que la proporción retenida de soja por parte de los productores es elevada. Pero la realidad no es así.

Lo que pasa es que la cosecha ha sido inferior y por ello no ha habido un gran volumen en el mercado hasta el momento. Ni lo habrá.

Pues la verdad es que sólo restarían por vender unas 4,50 millones de toneladas. Para esta misma fecha del año pasado, quedaban cerca de 9,5 millones de toneladas. Más del doble.

Una vez que los fondos hayan satisfecho su apetito por realización de ganancias, es muy posible que la demanda “real” haga sentir su peso sobre los mercados. De ser así, los valores deberían rebotar.

Aunque ciertamente, tal visión está condicionada por el comportamiento de los fondos especulativos que siguen, como dijimos, muy comprados.

Sea lo que fuere, la realidad es que el panorama de precios es alentador una vez que pase este tiempo de presión negativa.

Así están las cosas. O, al menos, así las vemos desde acá.