La acumulación de poder y la obligación de tomar decisiones tienen su lado negativo para el viceministro de Economía, Axel Kicillof. Su escritorio, al igual que el de su jefa de Gabinete, Patricia Charbay, acumula cada vez más papeles enviados desde otras dependencias del Estado a la espera de su autorización.
Entre esas tareas adicionales hay una que envuelve números multimillonarios: la importación de gasoil exento de impuestos que realizan las principales petroleras -YPF, Esso, Shell y Petrobras- para abastecer la demanda interna de un producto que tiene un déficit estructural en la Argentina.
Hasta la llegada del economista que responde a La Cámpora al Gobierno esa tarea estaba a cargo del secretario de Energía, Daniel Cameron, y del coordinador del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta, mano derecha del titular de esa cartera, Julio De Vido. Pero este último comenzó a remitirle el trámite a la oficina de Kicillof.
El nuevo mecanismo, lejos de estar aceitado, ya comenzó a generar pérdidas de tiempo y dinero, según el lugar del que se lo mire. Un ejemplo: desde los primeros días de este mes y al menos hasta mediados de semana estuvo anclado en el Puerto de Buenos Aires un barco con 25.000 metros cúbicos de gasoil encargados por la petrolera Shell, que lo trajo en el marco de una de las convocatorias que realiza periódicamente la Secretaría de Energía para asignar cupos a la importación sin impuestos.
Se trata nada menos que de 22,62 millones de dólares flotando sobre el Río de la Plata a la espera de que el trámite culmine. Con otro agravante: cada día que demora la autorización para nacionalizar el cargamento le cuesta a la compañía US$ 17.500 (a razón de 70 centavos de dólar por metro cúbico).
Aunque el Gobierno mantiene desde 2005 una relación esquiva con Shell, fuentes privadas y oficiales coinciden en que se trata de una desinteligencia burocrática antes que de un eventual castigo contra la empresa. Y que podría ocurrirle a la propia YPF, que en la última convocatoria para obtener cupos de gasoil exentos (venció el viernes de la semana pasada) pidió un cupo cercano a los 90.000 m3.
Todos los años, la ley de presupuesto contempla un volumen para importar combustibles sin impuestos. En 2012 es de 7 millones de m3 con posibilidad de ampliarlo un 20 por ciento.
Aunque la demanda de gasoil, un combustible habitualmente relacionado con la marcha de la economía, cayó en lo que va del año por encima del 3 por ciento, la oferta local no alcanza para cubrir todas las necesidades de los consumidores.
Al principio del kirchnerismo, la operatoria para asignar cupos a las empresas se limitaba a la órbita de Cameron. Diversas fuentes consultadas coinciden en que en términos legales y burocráticos aún alcanza con que el titular de Energía firme las autorizaciones.
En la actualidad, en cambio, casi todo el proceso se sostiene sobre la base del equilibrio político antes que en normas de procedimiento.
Con el fortalecimiento de Baratta, Cameron comenzó hace años a remitirle los papeles. Pero tras el desembarco de Kicillof en Economía y su metamorfosis en hombre fuerte del sector -conduce la comisión que determinará la ganancia de petroleras y eléctricas, por caso-, Baratta lo agregó al raid de estaciones que deben pasar los formularios antes de ser devueltos a Energía.
Ese paso llevó confusión no sólo a las empresas, sino también a los funcionarios. A tal punto que no saben si fue un pedido de Kicillof o una "cesión" de Baratta para sumarle obligaciones al viceministro.
Cae la demanda, pero falta gasoil
Este combustible suele ser deficitario en la Argentina
7 millones
de metros cúbicos
Es el límite para importar gasoil sin impuestos que contempla el presupuesto de este año, con posibilidad de ampliar el cupo en un 20 por ciento.
3,4%
cayó la demanda
A pesar de la menor demanda de gasoil que se registró en la primera parte del año, aún es necesario importar debido al déficit estructural que tiene la Argentina.
YPF y Chevron acordaron trabajar en conjunto
YPF firmó ayer un Memorando de Entendimiento con la norteamericana Chevron para "explorar oportunidades de desarrollo de hidrocarburos no convencionales en Vaca Muerta", así como a estudiar "la potencialidad de aplicar la recuperación y mejora asistida en sus respectivos yacimientos", informó la empresa. Por el lado de YPF firmó su presidente y CEO, Miguel Galuccio, mientras que por Chevron lo hizo el presidente para América latina y África, Ali Moshiri. El encuentro fue en el edificio de la petrolera en Puerto Madero.