El deterioro del valor del ternero respecto de la inflación real, la mortandad de animales en las zonas inundadas y el alza del precio del maíz son algunos de los elementos que incidirán en el corto plazo en el agravamiento de la industria frigorífica.

Así lo señaló el informe mensual de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la República Argentina (Ciccra), en el que se advirtió que el sector, al no aumentar la oferta para faena, deberá trabajar a pérdida o con márgenes que solo permiten mantener operando a pocos establecimientos.

Ciccra destacó que desde agosto de 2010 el precio del ternero comenzó a deteriorarse en términos reales. Y, en particular, la brecha con relación a la tasa de inflación bien medida se amplió en los últimos 12 meses.

Al respecto, precisó que si se toma ese período de tiempo, �el valor real del ternero registró una pérdida superior a 14% que llegó a 16,6% en el caso del ternero de Liniers y que ascendió a 22,1% en el caso del Rosgan.

Según un cable de la agencia DyN, el informe asegura que la persistencia de este deterioro gradual hace que el criador de hacienda vaya perdiendo incentivos para aumentar la productividad y, por lo tanto, el nivel de producción, ya que se enfrenta a una disminución de la rentabilidad del negocio.

Por lo tanto, la cámara sectorial espera que en el futuro cercano caigan las inversiones productivas (verdeos pasturas), lo cual a su vez hará caer la producción y, por supuesto, la recuperación del stock.

Por otra parte, Ciccra indicó que el aumento del precio del maíz modificó la relación novillo/maíz desalentando el engorde a corral realizado por los productores, quienes se verán obligados a terminar sus novillos a campo dado que la ecuación se torna negativa.

Las restricciones a las exportaciones determinan que el valor de la hacienda no puede seguir creciendo y en consecuencia el sector enfrenta aumentos sistemáticos de costos en pesos y dólares que no son correspondidos por los precios internacionales de los cortes vacunos, agrega el cable.

Respecto del tipo de cambio, para la entidad el retraso cambiario y retenciones de 15% implican, una importante pérdida de competitividad que genera la caída de los volúmenes exportados, como también en un aumento muy rápido de las cantidades volcadas al mercado doméstico.