RIO DE JANEIRO.- Pese al anuncio del gobierno argentino, el martes pasado, de que se había liberado la importación de carne de cerdo desde Brasil, los exportadores brasileños del sector se quejaron ayer de que las barreras todavía persisten.

"Lo que existe hasta ahora no puede ser llamado liberación de comercio. Continúan las trabas. Las autorizaciones son liberadas con cuentagotas, no se sabe con qué criterio", se quejó ante LA NACION Pedro de Camargo Neto, presidente de la Asociación Brasileña de la Industria Productora y Exportadora de Carne de Cerdo (Abipecs, según sus siglas en portugués).

La Abipecs, que representa al 95% de los exportadores del sector, se quejó ante el Ministerio de Agricultura brasileño, cuyo titular, Jorge Mendes Ribeiro, se había reunido el martes con el embajador argentino en Brasil, Luis María Kreckler, y tras el encuentro el diplomático de nuestro país señaló que ya no habría más problemas para el ingreso de la carne porcina brasileña. Según la asociación, sus exportaciones se desplomaron desde que la Argentina estableció un nuevo régimen a las importaciones, en febrero.

Los reclamos de este y otros sectores exportadores llevaron a que el gobierno de Dilma Rousseff pusiera recientemente trabas a una decena de productos argentinos (manzanas, papas, vinos, pasas de uva, aceites, aceitunas, chocolates y harinas de trigo). La semana pasada, los cancilleres de la Argentina, Héctor Timerman, y de Brasil, Antonio Patriota, se entrevistaron en Brasilia -con la participación del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno- y se comprometieron a resolver los diferendos comerciales.

"Los anuncios sin sustancia perjudican la credibilidad argentina. Es un engaño, parte de la política de Moreno. Es una pena, porque así el Mercosur está retrocediendo", disparó Camargo Neto.

Ante estas acusaciones, LA NACION intentó obtener la reacción de Kreckler, pero se negó a hacer comentarios. En su cónclave de la semana pasada en Brasilia, tanto Kreckler como Moreno habían reiterado sus pedidos para que Brasil abriese su mercado a los medicamentos, cítricos, langostinos y derivados de la uva argentinos. Las autoridades brasileñas indicaron que esperaba antes un "gesto de buena voluntad" argentino. Ayer, el Ministerio de Agricultura confirmó por su lado que había recibido la protesta de la Abipecs y se limitó a señalar que creía en la palabra de los argentinos.

"Queremos creer en el anuncio que hizo el embajador argentino, que el comercio de la carne de cerdo está liberado. Tal vez es una cuestión de tiempo que se normalice el intercambio. Las negociaciones políticas fueron hechas", sostuvo la oficina de prensa del Ministerio.

Falta de transparencia

Sin embargo, para Camargo Neto, si realmente existiese voluntad política por abrir el comercio, ya estarían dadas las autorizaciones.

"Es una cuestión burocrática que se puede resolver de inmediato. No hay excusas", sentenció el empresario brasileño, que apuntó que antes de que fuera establecido el requisito de una declaración jurada anticipada para cada importación argentina, se estaban exportando un promedio de 4000 toneladas de carne de cerdo brasileña; en los últimos tres meses, la media ha sido de 460 toneladas. "Seguimos con ese nivel bajísimo de autorizaciones. Y no hay transparencia en el proceso; no se tienen criterios para entender por qué algunos cargamentos son liberados y otros no", explicó.