LA PLATA.- Mientras dentro de la Legislatura se alargaba la negociación por la reforma impositiva impulsada por el gobernador Daniel Scioli, afuera, en la plaza San Martín, ruralistas de toda la provincia recorrían un arco emocional: arrancó con ansiedad e incertidumbre, pasó por la furia desatada y terminó, ya de noche, con una explosión de júbilo: una vez más, la iniciativa había sido frustrada.
Eran pocos, bastantes menos que el día anterior. Pero había muchos más siguiendo el curso de los acontecimientos a la vera de las rutas, en decenas de pueblos bonaerenses. En Trenque Lauquen, unos 170 ruralistas se apostaron desde temprano sobre la ruta 5 y permanecieron allí hasta que, hacia las 6, un aguacero los obligó a marcharse. En Pergamino y en Guerrico, sendos grupos de productores sostenían la tarde tomando mate en casillas rodantes colocadas junto a las rutas 8 y 188. Y lo mismo en Bahía Blanca, Chacabuco, San Pedro, Junín, Azul, Olavarría?
Las primeras horas fueron tranquilas. Entre los ruralistas apostados en la plaza, algunos insistían en la necesidad de salir a cortar las rutas, mientras que otros creían preferible mantener el diálogo y no producir cortes. A las 18, sin embargo, dos productores de Lobos salieron de la Legislatura y anunciaron que el Frente Amplio Progresista (FAP) había resuelto dar el quórum necesario. Estalló la rabia.
"¡Vendidos!", gritaron algunos; otros patearon la reja que delimita el predio de la Legislatura. "Les pusieron plata", exclamó José, un ruralista platense. La furia iba dirigida hacia el FAP, por su presunto apoyo a la medida. La desazón se reproducía en las rutas, donde los productores recibían en sus celulares los informes que venían de la plaza.
La bronca duró menos de dos horas. Minutos después de las 20, se leyó un comunicado de la Mesa de Enlace nacional que rechazaba categóricamente una versión que decía que la Federación Agraria había aceptado la propuesta de un revalúo escalonado de las propiedades campestres. Y a las 20.30 cundió el entusiasmo: fue cuando circuló el dato de que la votación del proyecto se había "caído".
Los ruralistas estallaron en gritos de alegría. "Argentina, Argentina", repetían. Poco después se confirmaba la información: Scioli había vuelto a fracasar con la reforma impositiva. Quedaban las versiones sobre la posibilidad de que estableciera igual el revalúo, por decreto. Pero allí, en ese momento, los hombres del campo sentían que habían ganado una batalla.