Por los datos oficiales provenientes de EE.UU. el panorama resulta alentador para los valores. Así, el nivel de stocks de este país sería más reducido del esperado como resultado de un mayor grado de consumo no sólo de maíz sino también de soja.

El consumo está en aumento tanto en un grano como en el otro. Seguimos, entonces, de parabienes.

Pero hay una diferencia entre uno y otro, al menos a mediano plazo. Se espera un aumento en los stocks de maíz mientras que una baja en los de soja. ¿Por qué razón? La respuesta está en la siembra.

Los recientes cálculos sobre la siembra en América del Norte sorprenden a todos, hasta los más acertados en las estimaciones previas pues el aumento en la superficie de siembra del maíz en desmedro de la soja es mayor todavía a lo que se calculaba.

Así está el cuadro actual. Muchos estiman, ahora, que el área para maíz subirá cerca de 2 millones de hectáreas en tanto que el de soja disminuiría casi 1 millón.

El dato no permite esperar firmeza en los precios del maíz. Por el contrario, podría haber bajas.

La cosa es diferente para la soja, con una expectativa en el área de siembra en baja para EE.UU. La superficie de soja se aproximaría a 29 millones de hectáreas. Por ello, se puede aguardar una relación stock/consumo, en este país, visiblemente menor a 9%.

De esta forma -y aunque resulte curioso, ya que estamos en plena cosecha en Sudamérica- es muy factible que los precios se mantengan en niveles elevados. Y quizás con nuevas, aunque reducidas, subas.

Este es el cuadro, al menos para los próximos dos o tres meses: firmeza en los valores de la soja.

En refuerzo de esta probabilidad hay un elemento adicional a considerar: las estimaciones sobre producción tanto para Brasil como para la Argentina. Y América del Sur en general.

Es muy posible que ellas sigan mostrando rebajas, lo que apuntalaría los valores. ¿Quiere decir que seguirían los recortes en los pronósticos? Creemos que sí. En rigor, hasta el mismo momento en que se publiquen los datos reales sobre el volumen de cosecha.

El caso de la Argentina es particularmente llamativo. Pese a los innumerables indicios de fuertes recortes en la cosecha, desde enero las estimaciones no están recogiendo la realidad. Y, así, todavía hoy –y pese a los recortes realizados desde entonces- se habla de un volumen superior a 45 millones de toneladas.

De acuerdo a lo que observamos y analizamos desde nuestra oficina, ponemos en duda estos cálculos. De hecho, esperamos una cosecha más próxima a 40 millones que a los números publicados.

Obviamente, todavía no se puede hablar con seguridad. Sobre todo porque la soja de segunda recién está en el momento de llenado de los granos, con vainas de tan sólo dos ó tres porotos por unidad.

El fantasma que acecha es el de las heladas tempranas con la soja de segunda. Abril tiene la palabra.

Y además falta suficiente agua en el Norte para mejorar los rindes.

¿Se puede extraer una conclusión? Por el momento, no se ven indicios de bajas en los valores, aún cuando estemos en medio de la cosecha de la soja de primera que, por suerte, está acompañada por buen tiempo.