En 10 años se podrían obtener los primeros híbridos mejorados a partir de la información que brinde la secuencia genómica completa del girasol que se presentará del 27 de febrero al 1 de marzo en la Argentina. Un escenario de mayores certezas a nivel científico se abre para la oleaginosa.

Uno de los hechos más esperados de la 18va. Conferencia Internacional de Girasol, que se llevará a cabo del 27 al 29 de febrero en el Hotel Sheraton de la ciudad de Mar del Plata y el 1 de marzo en la Unidad Integrada INTA Balcarce – Facultad de Agronomía de Mar del Plata, es la presentación del trabajo de secuenciación del genoma del girasol por parte del Dr. Loren Rieseberg, de la Universidad British Columbia de Canadá.

¿Pero qué significa esto? La mejor analogía para entender de qué se trata la secuencia genómica del girasol es tomarla como si fuera la hoja de ruta de un país. En ese mapa las ciudades son los genes, unidos y conectados de un modo determinado por los caminos (cromosomas). Lo que ocurría hasta ahora es que se sabía cómo llegar de una ciudad a otra, pero no lo que había en el medio de ese trayecto, o sea que el panorama era parcial.

El Ing. Carlos Sala, miembro del comité científico de la 18va Conferencia Internacional de Girasol e investigador del Departamento de Biotecnología de Nidera, explicó que “no tener hoja de ruta es como perderse en el Impenetrable, lo que a nivel científico puede llevar al fracaso e interrupción de una investigación”.

Con la primera secuencia genómica completa del girasol se pueden ver los caminos secundarios ordenados y demás informaciones entre dos puntos del mapa. Esta hoja de ruta completa resulta muy importante para los investigadores de la genética y mejoradores de la especie, porque permite saber la ubicación de los genes y cómo está construido un determinado carácter genético. “Podemos manipular la información genética en forma mucho más rápida, precisa y eficiente”, afirmó Sala.

La secuenciación del genoma del girasol llega para organizar el panorama de investigaciones en mejoramiento genético, pero también en disciplinas inmediatas como fisiología vegetal y patología. “Si yo dispongo del genoma del girasol será más fácil saber qué número de genes están determinando tal carácter, lo que facilita, a su vez, el diseño de formas distintas para encarar proyectos de patología, por ejemplo”. Según Sala, en lugar de considerar que son 100 genes los que determinan un carácter, ahora se puede identificar que son 4.

Este avance revoluciona el mundo científico del girasol porque, a partir de ahora, se puede esperar la llegada a caracteres de interés en tiempos más cortos. “Es posible que en 10-12 años el productor pueda ver algunos híbridos comerciales”, anticipó el especialista. Esto tendrá un impacto agronómico dado por los nuevos tipos de cultivares, con modificaciones en la arquitectura de la planta, que implicará el diseño de nuevas prácticas agrícolas.

“Cuando se mueven las disciplinas básicas hay un efecto dominó sobre todas las disciplinas aplicadas. El que maneja la genética es el que maneja todo, hasta la maquinaria agrícola”, explicó Sala. Para el investigador, el arribo a una primera conclusión de la secuencia del genoma del girasol tardó un poco más porque no son muchos los investigadores de girasol en el mundo, comparados con los de otros cultivos. Pero no es casual que la presentación sea en Argentina porque es un país líder en agricultura y en investigaciones sobre girasol.

El principio de una nueva etapa

Lo cierto es que disponer de la secuencia genómica del girasol significa una inyección de vida para el cultivo. “Si hubiéramos continuado sin conocer el genoma del girasol, íbamos a estar trabajando en un cultivo de poca vida, porque las investigaciones de los otros cultivos iban a superar con creces cualquier producto que se pudiera originar en girasol”, sostuvo Sala.

El experto advirtió que la secuenciación de un genoma es una herramienta para hacer, no es un fin en sí mismo y que permitirá incluir herramientas en las investigaciones de girasol que hasta ahora no se podían.

“Todavía queda muchísimo por descubrir, por ejemplo, la función de un grupo de genes. Es como si tuviéramos que describir a una persona de la que solo tenemos el nombre y dirección, nos falta conocer cómo es, si tiene amigos, dónde trabaja, etc.”, enumeró Sala. El trabajo que comienza es justamente el de conocer las particularidades de los genes, cuál es la función de cada uno y cómo están interconectados.

El genoma del girasol contribuirá con el desarrollo de girasoles con mejor aptitud para obtención de biocombustibles, ya sea por su calidad y cantidad de aceite modificado. Sin embargo, Sala prefiere hablar de la existencia de cultivos especiales para biocombustibles, en regiones especiales.

“Yo soy defensor de que la producción para biocombustibles debe ir hacia zonas marginales, como las semiáridas y no a las regiones dedicadas hoy a la alimentación”, opinó el especialista. Pero señaló que “mientras tanto, la técnica debe ofrecer la posibilidad de cristalizar las confirmaciones de las discusiones éticas, es decir, construir los nuevos cultivos evaluando dónde y para qué se van a utilizar”.

En el plano del comercio internacional, los mercados cambian, los precios también y, según Sala, no hay una percepción clara del impacto que esta información puede tener. Por ello desde el punto de vista técnico es importante contar con todas las opciones para cada uno de los escenarios posibles.

En opinión de Sala, como las investigaciones del genoma de girasol fueron promovidas con fondos públicos de Estados Unidos y Canadá, los investigadores no tienen costumbre de patentar estos descubrimientos. “Un genoma no es algo patentable, pues pertenece a una especie del reino vegetal, es decir a la naturaleza”, afirmó el biotecnólogo. Pero aclaró que “los desarrollos posteriores en los que interviene el hombre, sí pueden llegar a ser patentables, en el sentido de resguardar el trabajo de los investigadores y empresas”.

Por otro lado, Sala consideró que los resultados que se presentarán en el Congreso Internacional de Girasol, no son sólo logros del grupo de investigadores que completó la secuencia, sino también de los que vienen investigando a lo largo de 20 años. Pertenecen a la comunidad científica y pueden ser utilizados por cualquier científico del mundo.

La 18va Conferencia

La Conferencia es organizada por la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR) yla Asociación Internacionalde Girasol (ISA). Albergará a más de 50 especialistas en el cultivo de todo el mundo, que darán a conocer los últimos avances y aportarán su mirada sobre el presente y el futuro de la oleaginosa y estará dividida en diez sesiones, cada una dedicada a analizar temas clave vinculados a Fitopatología, Fisiología, Resistencia a herbicidas, Mercados, Mejoramiento, Manejo de cultivos, Plagas animales, Calidad de aceites y otras aplicaciones, Biotecnología y Orobanche.

Entre las empresas y organismos que hacen posible la realización de la 18va. Conferencia se encuentran Syngenta, BASF, Dow AgroSciences, Advanta, CONICET, Bolsa de Cereales, INTA, Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT), Banco Galicia, Argensun, Cámara Arbitral de Cereales de Bahía Blanca, Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, Pannar, Nidera Semillas, Pioneer, AGD, ACA Semillas, Molinos Río de La Plata, Oleaginosa Moreno, Cargill, la Facultad de Agronomía de Mar del Plata y la CIC (Comisión de Investigaciones Científicas).