“El gobierno insiste con controlar tanto las cantidades como los precios transados; no quiere perder reservas pero a la vez no admite corrimientos del tipo de cambio”, destacan Vicente Massot y Agustín Monteverde en su último informe económico.

Estos son los puntos relevantes del escrito:

• Gracias a la implantación de la autorización previa de la AFIP para la compra de divisas, el gobierno logró bajar en forma sensible las salidas de dólares pero a un costo —por pérdida de confianza y de depósitos, por atemorización— fuera de toda proporción.

• Si bien el Banco Central debió vender menos divisas en los últimos días, la salida de dólares de las cajas de ahorro y depósitos a plazo fijo en divisas constituye un costo mucho más alto.

• Desde comienzos del año, los depósitos en dólares habían crecido U$ 3000 MM; más de la mitad del stock —unos U$ 8600 MM— estaban inmovilizados en el
Banco Central y se los incluía —tramposamente— dentro de las reservas.

• Por esta vía el gobierno se aprovechaba en alguna medida de la salida de divisas que vino creciendo desde comienzos de año, pues muchos de lo que compraban dólares terminaban depositándolos en el sistema bancario y las divisas al Central.

• Desde que se impusieron los controles previos de la AFIP a la compra de dólares, los retiros de depósitos en moneda extranjera ya rondarían los U$ 2000 MM.

• Algunos bancos han perdido más de una quinta parte de los depósitos que tenían tres semanas atrás.

• Para hacer frente a los retiros, los bancos solicitan los dólares al Central, donde están depositados como encajes.

• Como el BCRA computa los encajes —que son de 100 % si los fondos no se aplicaron a financiaciones de comercio exterior— dentro de las reservas internacionales, la retirada de los depósitos en moneda extranjera pega de lleno sobre las mismas.

• De hecho, el Central ha venido perdiendo por vía de la erosión de estos encajes sumas diarias superiores a las ventas de divisas que efectuaba los días previos a la imposición del control previo de la AFIP; además, buena parte de las divisas que se vendían volvían a las reservas en la forma de encajes.

• El viernes las reservas descendieron a U$ 45600 MM.

• Es decir, las reservas siguen cayendo pero con el agravante ahora que la confianza en el sistema bancario ha sido nuevamente afectada.

• Un error central que afecta toda la estrategia oficial es que pretende quebrantar lo que constituye una ley de hierro de la banca central: no se pueden perseguir dos objetivos simultáneamente.

• El gobierno insiste con controlar tanto las cantidades como los precios transados; no quiere perder reservas pero a la vez no admite corrimientos del tipo de cambio.

• Si pretende tener algún éxito, aunque sea tan sólo transitoriamente, debiera decidirse por uno de esos dos objetivos.

• O se aumenta la oferta de divisas para contener el precio o éste se deja subir para detener la sangría de reservas.

• De lo contrario, la misma estrategia oficial será el mayor incentivo que tendrán los ahorristas para sacar su dinero y torcer el brazo del gobierno.