MARIENELLA ORTIZ
“Los empresarios ahora dudan sobre las futuras inversiones, ya que no se tiene claro qué es lo que el Ministerio de la Producción quiere hacer”, resaltó Humberto Speziani, actual presidente de la Confiep y ex presidente de la Sociedad Nacional de Pesquería. En las últimas semanas, las relaciones de los empresarios pesqueros con el Produce se han visto resquebrajadas.
La incertidumbre que expone Speziani se debe a un posible cambio de las reglas de juego del sector pesquero, entre ellas, la tributaria. Temen que los arrastre la ola provocada por la instauración de un nuevo tributo a las mineras. En sus últimas declaraciones, Kurt Burneo, titular del sector, no ha despejado esa duda y señala que todo está en revisión.
Lo cierto es que al interior del ministerio han estado evaluando seriamente el aporte tributario del sector. La industria paga un derecho de pesca que es de 0,25% del valor FOB exportado por cada tonelada de harina o aceite de pescado. Es decir, que en la práctica esta industria desembolsa unos tres dólares por cada US$1.307 (precio promedio internacional solo de agosto). Si se evalúa el pago del Impuesto a la Renta, el sector desembolsó unos S/.122 millones en el 2010. En el Produce consideran que esas cifras son raquíticas.
La SNP resalta que adicionalmente al derecho de pesca y al IR pagan por otros conceptos que no existen en otras actividades económicas, como son los costos del sistema de seguimiento satelital, del control de descargas y otros aportes extraordinarios fijados en el Decreto Legislativo 1084, norma que estableció las cuotas individuales para la industria. Cabe mencionar que dicho DL no permitiría modificar por 10 años la actual tasa de derecho de pesca, al menos que el tema se apruebe previamente en el Congreso.
Frente a este escenario, algunas voces han planteado la creación de un nuevo impuesto para el sector. El primero en encender el debate fue el director general de Centrum Católica, Fernando D’Alessio, quien planteó que todas las actividades extractivas paguen algún tipo de compensación adicional. Juan Rebaza, ex ministro de Pesquería del gobierno aprista, respalda la propuesta de establecer una regalía al sector. Manifiesta que los altos precios internacionales de la harina de pescado continuarán por muchos años, debido a la ausencia de más jugadores.
En respuesta, el presidente de la SNP, Richard Inurritegui, menciona que algunos insumos del sector se han incrementado, como la anchoveta y los combustibles.
NO ES COMPARABLE
Alfonso Miranda, ex viceministro de Pesquería, opina que la actividad pesquera no es comparable con la minera, en la que se explotan recursos no renovables. En todo caso, considera que el Produce debe elaborar un estudio técnico para establecer si puede subirse la tasa del derecho de pesca, que tome en cuenta todas las variables, no solo la de los precios. Lo siguiente sería sentarse a conversar con los pesqueros para llegar a una decisión conjunta, sostiene.
El catedrático de la Universidad Nacional Agraria La Molina, Luis Icochea, manifiesta que la actividad pesquera no es igual que““criar pollos” porque debe trabajar con muchas variables. “Un año pueden ganar, pero al siguiente, perder mucho”, señala.
Más allá de fijar nuevos impuestos, considera que el Estado debería profundizar el compromiso de la industria con el abastecimiento de la mesa de los peruanos. Como ejemplo, resalta la experiencia de la venta a bajo precio del jurel en mercados populares.
Richard Inurritegui resalta que el Gobierno se ha comprometido a no crear nuevos impuestos. “Un cambio, sin duda, generaría una crisis de confianza, no solamente en el sector pesquero sino en otros de la economía. Ello no solo afectaría las inversiones sino también el clima de confianza”, argumenta.
El establecimiento de un nuevo impuesto no parece viable por el momento. El incremento del derecho de pesca tiene restricciones legales. Sin embargo, queda claro que las ganancias del sector han crecido. ¿Cuánto? No existe mucha información, pues son pocas las pesqueras que cotizan en bolsa. Entonces, si se busca un mayor aporte del sector –sea económico o vía una mayor presencia en el mercado local–, el Produce y los empresarios deberán limar asperezas y sentarse a tomar una decisión en conjunto en beneficio del país.