En un gesto que dejó al descubierto nuevamente las diferencias entre los dirigentes de la mesa de enlace rural, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner visitó ayer la sede de Coninagro, donde fue agasajada con un almuerzo y buscó despejar la tensión que existe hace cuatro años entre su gestión y ese sector.
El encuentro, que se constituyó en la primera visita que un presidente en ejercicio hace a la entidad que preside Carlos Garetto, se extendió durante casi 3 horas, donde Cristina y su ministro de Agricultura, Julián Domínguez, tendieron puentes hacia el cooperativismo rural.
Aunque la jefa del Estado defendió fervientemente al enemigo número uno del campo: el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno (ver pag. 2), los intentos de retomar una relación con el sector rural aparecieron cuando dio por superado el conflicto que enfrentó Gobierno-campo desde 2008, y por las retenciones móviles. Ni al Gobierno ni al campo le sirvió de nada, contó el presidente de Coninagro, Carlos Garetto. Y agregó: El camino de la confrontación no lo quiere ni el campo ni el Gobierno.
El dirigente rural se mostró muy conforme con la visita de Cristina. Es un gesto muy importante, planteó. La Presidenta está comprometida con el crecimiento del modelo agropecuario, dijo Garetto al término de la reunión en la que los dirigentes cooperativistas plantearon la necesidad de solucionar las distorsiones en el comercio del trigo, dado que cuando falta menos de dos meses para que comience a estar disponible la nueva cosecha, todavía sigue sin colocarse gran parte de la campaña triguera 2010/11. No se habló del nivel de retenciones ni de la soja.
Hemos intercambiado ideas, proyecto, inquietudes. El encuentro ha sido muy positivo, venimos de una relación de cuatro años muy conflictivos. La perspectiva a futuro hay que canalizarla a través del diálogo, dijo Garetto. El dirigente resaltó que Cristina estaba informada de toda la situación que padecen los productores trigueros y de maíz.
El presidente de Coninagro calificó como muy bueno al encuentro con Cristina y dijo que la mesa de enlace sigue vigente, porque no depende de ningún presidente. De esta forma, Garetto se encargó de despejar dudas respecto al encono que la invitación a la Presidenta a Coninagro pueda haber despertado en el resto de las entidades rurales.
En esa misma línea, el presidente de Sociedad Rural, Hugo Biolcati manifestó a El Cronista que fue un signo muy positivo la visita de Cristina a Coninagro. Es altísimamente positivo. Ojalá signifique un cambio de actitud y una forma de entendernos. Vamos a acompañar y responder de la misma manera. El presidente de SRA, planteó que sin perjuicio de defender nuestros intereses, ojalá esta puerta que se abre sea la de una nueva etapa de diálogo.
Por su parte, Eduardo Buzzi, de Federación Agraria (FAA), se diferenció de la sintonía de sus colegas. Sin meterme en la autonomía de Coninagro, creo que no alcanza con la foto si no cambia la política agropecuaria, que en estos años benefició a las multinacionales y los grandes en perjuicio de los más chicos y desprotegidos, planteó a El Cronista. Los métodos se miden por los resultados, y acá hubo una transferencia millonaria a las multinacionales, por planificación y no por omisión del Gobierno, lanzó Buzzi.