Así, Chaco contará el año próximo con una red de cuencas lecheras que se radicarán en diferentes puntos de la provincia para abastecer de leche fluida y derivados a la población.
Mientras que el objetivo es que en el primer semestre estén en funcionamiento las fábricas en Villa Ángela y en Presidencia de la Plaza, según informaron DataChaco y TodoAgro.
Para lograrlo, el Ministerio de Producción y Ambiente chaqueño trabaja en conjunto con el Instituto de Tecnología Industrial (INTI).
Las industrias tendrán la capacidad de recibir unos 10 mil litros por día para realizar el «ensachetado», dulce de leche, quesos, yogur probiótico y otros derivados.
Cada una demandará una inversión aproximada de cuatro millones de pesos a través de aportes nacionales y provinciales.
En una segunda etapa se ejecutarán otros polos productivos en Juan José Castelli, San Martín, Las Breñas, Charata, Presidencia Roque Sáenz Peña y otras zonas propicias.
La producción será destinada al abastecimiento de hospitales, centros de salud, comedores escolares, cárceles y diversos programas nutricionales que demandan unos 16 millones de litros de leche fluida por año. Este stock que el Gobierno debe comprar será reemplazado por los productos que elaboren las usinas propias.
Además de reducir los costos para el abastecimiento interno se incentiva la producción, industrialización y comercialización del sector.
El proyecto incluye, además, la capacitación y el asesoramiento técnico a productores que podrán comercializar un producto elaborado con las garantías sanitarias que requiere y una nueva presentación.
De esta manera, se avanza en cerrar las cadenas de valor de la producción chaqueña para que el valor agregado quede en la provincia y genere empleo formal.
El ministro de Producción y Ambiente, Enrique Orban, aseguró que es el momento óptimo para que el Chaco tenga sus propias cuencas lecheras. Asimismo, señaló que el proyecto es muy importante para el Chaco, que luego de más de 50 años de no contar con industria láctea, apostará nuevamente al sector no sólo con una política productiva, sino también sanitaria, nutricional y social.
«El Chaco tuvo una industria láctea exitosa que desapareció por las crisis económicas y hoy podemos volver a empezar, corrigiendo errores cometidos.