Durante los últimos 40 días del año fuimos testigos de aumentos en los valores del mercado de ganados y carnes con pisos de 25% en vacas para cría hasta un 45% de alza en las categorías de consumo, con mejoras de aproximadamente 30% tanto para novillos y vacas destinados a exportación y un porcentaje parecido para terneros y terneras de invernada.
También la carne en mostrador sufrió importantes aumentos, por lo que se puede saber de más del 20%, aunque esta información es más difícil de cotejar por la falta de datos desde las instituciones públicas y la disparidad de realidades en cuanto a puntos de venta.
Vamos a hacernos algunas preguntas que pueden ayudarnos a comprender el universo que existe alrededor de este fenómeno de mercado que, aunque era esperado resultó más importante que lo que se preveía en la mayoría de las expectativas de analistas, productores y otros operadores de la cadena.
¿Realmente la oferta se cayó tan abruptamente y/o la demanda creció en forma tan acelerada?
Probablemente la oferta no se redujo tanto ni la demanda creció tamaña proporción. Frente a un bache de ofrecimiento de los feedlots por el deteriorado cobro de las compensaciones y de los invernadores a campo por algo de lluvias, los frigoríficos, supermercados y el abasto en general entró en pánico porque para un vendedor no hay nada más grave que no tener la mercadería disponible a la venta, y más sobre época de fiestas. Las instrucciones a los encargados de la compra en todos los casos fueron terminantes: “no me dejes sin carne”.
Y el productor que viene tan garroteado aguantó las primeras semanas viendo con satisfacción como se hacía justicia de una vez por todas, hasta que sobre mediados de diciembre reflexionó que quizás esta suba no viene para quedarse y los valores, comparados con lo que tenía que calcular meses anteriores, dejaban diferencias demasiado importantes como para no aprovechar.
El consumo ya venía en niveles muy altos y la gente que recibió las asignaciones por hijo se comportó como ha sucedido siempre que se genera un ingreso extra en nuestro país, invirtió en algo de carne para comer.
¿Pueden estos valores sostenerse en el tiempo? ¿Y qué pasaría en ese caso con el volumen de consumo de la población?
La experiencia de aumentos tan fuertes en poco tiempo no es muy alentadora. Los eslabones de la cadena no llegan a acomodarse a los nuevos márgenes y se producen pérdidas por falta de margen, problemas de logística que se generan en mercados tan convulsionados, falta de mercadería que reduce la facturación a pesar del aumento de precios y otras consecuencias negativas derivadas de un cambio de precios tan abrupto.
Entonces los frigoríficos esperan que se recompongan los ofrecimientos e intentan reponerse de esas semanas difíciles comprando mucho más barato y manteniendo los precios de venta lo más altos posible.
Quizás el consumo no se vea resentido demasiado a pesar del aumento de precios, teniendo en cuenta que hay dos meses vacacionales por delante y la carne vacuna estaba atrasadísima en su valor con respecto al costo de vida en general que se incrementó un mucho mayor medida en los últimos años.
¿Pero va a haber oferta en los próximos meses?
Oferta siempre hay, ningún feedlot quedo a cero en los corrales e incluso muchos han recuperado el margen sin compensaciones a causa de esta importante suba, lo que los anima a sostener el volumen de reposición aunque salga más cara.
Si volvemos a analizar el aumento de precio del consumo (45%) y de la invernada (30%) concluimos que el más beneficiado en la movida resultó el engordador. Quizás no alcance para abastecer el 100% de las necesidades, pero el gobierno tiene mecanismos para hacer aparecer oferta donde no hay.
¡Aja! ¿Entonces el gobierno no va a dejar que esta suba se sostenga?
En diciembre se le escapó la tortuga pero ya está poniéndose al día con sus maniobras sucias. La lista de precios sugeridos que circula en Liniers es la suba que Moreno está dispuesto a tolerar, con aumentos de no más del 15%.
La herramienta más poderosa que tiene son los ROE, porque no necesita decretar el cierre de las exportación sino que directamente hoy no aprueba embarques y no tiene que darle explicaciones a nadie.
Además los ROE es el elemento de cambio que tiene con los frigoríficos y supermercados exportadores, obligándolos a contribuir con ofertas mediáticas que planchen el mercado (gran barata) a cambio de permitir algunas toneladas de exportación de carne que tiene escaza influencia en el mercado interno.
Está claro que la secretaria de comercio va a esperar que pasen los meses de verano y actuará más firmemente a partir de marzo. De hecho el atraso en el reparto de la Hilton no es otra cosa que una jugada de presión de Moreno a los frigoríficos.
¿Entonces que va a pasar con la ganadería en el 2010? ¿Explota como dicen la mayoría de analistas o quedamos en el horno?
Para empezar, desde mi humilde opinión no creo posible que un sector de la economía goce de una mejora sustancial en su productividad con una política económica absolutamente equivocada y/o malintencionada. Me parece inviable que esto suceda porque no hay ni habrá, hasta que termine este gobierno reglas de juego justas para todos los eslabones de la cadena.
Ahora bien, es cierto que la oferta estructural está decayendo y eso puede producir momentos de corridas de precios como la que vivimos durante diciembre.
Para finalizar, sabemos que los mercados no suben ni bajan en forma continuada durante todo un año, sino que toman formas de serruchos con balances negativos o positivos al final de un período. Creo que hay años en los cuales los precios suben durante 8 meses y bajan durante 4 meses, y otros en los que la situación es inversa.
Es probable que el 2010, por el contexto político que nos rodea contenga más meses de bajas que de subas, aunque quizás los aumentos sean más importantes que las bajas por la gran expectativa de falta de hacienda que tiene el mercado en general. Esto hace que los operadores estén muy susceptibles y se generen corridas de precio con más frecuencia.
Si esto sucede el balance sería positivo en el sentido estricto de la curva de precios, pero los productores tendrían que saber elegir los buenos meses para vender y aprovechar estas ventanas de mejores cotizaciones que ofrecería el mercado.
Hasta la próxima
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