Por: Ricardo D. Bindi - Agrositio.com
La visión de sacar pequeñas ventajas sobre los demás, versus la de crecer con
los demás; parece estar llegando a su fin. Este es un caso interesante para
seguir: “la cadena láctea”.
La capacidad para generar efecto derrame en el interior país a partir de la actividad agroindustrial, será motivo discusión y debate ante quienes desconocen esta realidad. Cada cadena de valor integrada, genera trabajo, productos, servicios, dinero, innovaciones, valor para la exportación, entre muchas otras cosas. Analizamos estos temas, pues para que los mismos se hagan realidad, hay que seguir estudiándolos, y también comunicando con pasión y seriedad sus bondades.
Los días de La Rural de Palermo, siempre dejan muchas ideas. En esta última, hemos podido participar activamente de una mesa redonda entre protagonistas de la cadena lechera, con la finalidad de seguir profundizando en su correcto funcionamiento. Hay temas exógenos, como los mercados internacionales, y sus marcos de precios y stocks, o los de políticas locales de intervención, que sin duda presionan sobre la rentabilidad y la factibilidad del negocio lechero. Pero otros tienen que ver con la correcta “coordinación y articulación” de sus eslabones intervinientes, y también de la coordinación entre los actores dentro de cada eslabón.
Los productores
Nueve y media de una fría y soleada mañana. Salón Ceibo del predio ferial. Espacio para 6 expositores y sillas para 100 personas interesadas en “ser parte de las soluciones”. Allí, la mesa organizada por la Comisión de lechería de la SRA, convocando a cada eslabón de la cadena: productores, asociaciones, industriales Pymes y grandes, cadenas comerciales y consumidores. Buena presencia, buena convocatoria de productores y medios periodísticos interesados en sumarse a la comunicación. Faltas con aviso: la Presidenta del Centro de educación al consumidor. Pedidos de excusa: Cámara de supermercadistas (…)
Para arrancar con el “eslabón más débil” de la cadena, comenzó Alberto Hardoy, nada más ni nada menos que con la experiencia de 40 años como productor tambero. Una realidad increíble: los productores cobran 20% menos y los consumidores pagan 20% más de lo que deberían. ¿Algo pasó en el medio de este proceso de fijación de precios? Además de los constantes cortocircuitos históricos entre industria y producción, se suma uno totalmente destructivo: políticas publicas de corto plazo, que impactan en el mediano y largo. Hace poco más de 2 años había 15.000 tambos, ahora hay 10.000. Cada tambo genera empleo directo dentro del mismo tambo, pero además indirecto por todo lo que se relaciona con las partes que suministran: productos, servicios, y tecnología a estos tambos. Industria de semillas forrajeras, fertilizantes, agroquímicos, medicina veterinaria, nutrientes, balanceados, minerales, etc.
Más allá de las fronteras
Hoy en el país se producen unos 10.000 mill. de litros anuales. El consumo interno sin promoción, requiere de unos 8.000. La gran oportunidad que los genios de la política agropecuaria no perciben o no desarrollan, es que Latinoamérica requerirá de unos 20.000 mill. litros. La estrategia es clara: “Argentina podría capturar el 50% de este mercado” y abastecer a sus hermanos americanos. ¿A cuanto se iría la oferta necesaria?, pasaría a ser de 8.000 mill. para consumo interno (sin pensar que este puede crecer también); más 2000 mill. provenientes de mercados existentes en la actualidad; más estos nuevos 10.000 nos dan un total de 20.000 mill. litros de leche, y 20.000 mill. de oportunidades para generar ingresos, trabajo y más pan para la mesa de los Argentinos.
La Mesa de los tamberos
El Coordinador de la Mesa Nacional de productores de leche, Claudio Ersinger, representó al eslabón que “unifica los criterios y demandas” de los tamberos. Su primer aporte fue el de señalar la necesidad de “fortalecer” los eslabones; sin un eslabón unido que logre ponerse de acuerdo, difícilmente se pueda negociar y trabajar en conjunto con los siguientes de la cadena lechera. Los acuerdos con la industria y el gobierno, deben necesariamente surgir de acuerdos entre tamberos. El siguiente paso es el de la “generación de confianza” entre eslabones. No debe ser “industria vs. productores” o viceversa. A esto hay que sumarle “transparencia”, para que no haya ganadores y perdedores, en acuerdos poco claros y realizados en las sombras.
Integrando los eslabones hacia arriba en la cadena, la torta se hace más grande y los beneficios se pueden distribuir en forma equitativa. Pero tal vez el punto más importante es “volver a la institucionalidad” en el país. Organismos como la Oncca deben volver a los orígenes fundacionales.
Las industrias Pymes
En el país existe un número interesante de pequeñas y medianas industrias lácteas. El Presidente de Apymel Santa Fe, el Ing. Mariano Viroglio, fue el encargado de demostrar crudamente que, en todas las mesas de acuerdo, nunca hubo acuerdos. En 7 años no se ha podido solucionar un solo conflicto. ¿Qué pasa entonces?: hay buenos tamberos, buenos empresarios, pero malos políticos que no logran llegar a acuerdos lógicos. ¿Qué fue lo que pasó?: una constante pérdida de confianza con desgaste de la dirigencia y de las instituciones involucradas. Hay que hablar menos y hacer más, el gran problema es que se habla, pero después no se concreta.
Dos cosas que suman a destrabar y hacer funcionar la cadena son: “hay espacio para que trabajen las industria grandes y las PYMES, y la torta se puede agrandar”; la otra es que “la cadena lechera, suma muchos trabajo y distribución de ingresos en los pueblos de 5.000 habitantes” lo que permite que la gente se quede y desarrolle localmente.
Las grandes usinas
Esta vez fue el turno del Presidente del Centro de la Industria Láctea (CIL) Miguel Paulón; quien recordó que los constantes conflictos de la cadena hicieron que esta siga produciendo los mismos 10.000 mill. que hace 10 años. Si lo comparamos con las casi 100 mill. de tons. de la agricultura, nos indica que la tecnología esta, pero faltó la articulación de la cadena. Tenemos un consumo de 200 lt / persona que puede incrementarse, 140 destinos que hoy representan unos 2.500 mill. lts.; más la nueva oportunidad de la demanda de Latinoamérica.
Canales y consumidores
Nos quedaron las ganas de conocer la opinión y las ideas, de los últimos eslabones de la cadena. El “retail”, los comercios, y los supermercados, aquellos que nos acercan diariamente los alimentos de base láctea, sus sabores, colores, marcas y también precios. Estos últimos fueron invitados y “se excusaron”. Miles pueden haber sido los motivos, sin duda son los que tienen más visibilidad ante organismos del Estado. Estos, en lugar de “motivarlos” para que produzcan más, ganen más mercados y puedan reducir costos y precios; utilizan sistemas de presión no convencionales, en un mundo que va por otra dirección empresaria, económica y social.
Ante la realidad de las cadenas
Tal vez lo que hemos relatado, pueda no parecer resuelto en el corto plazo, pero es muy rico y positivo para el mediano y largo. Demuestra una vez más, que solo a través de un trabajo serio y profesional “dentro de cada eslabón” y “entre los eslabones”, se puede solucionar y ser sustentable en el tiempo; incluso, más allá de las malas o inexistentes políticas agropecuarias.
Palabras y conceptos claves que nos deja este caso: creación de confianza, fortalecimiento de los eslabones; hablar (-) y hacer (+); ir hacia caminos de transparencia; crear espacios para compartir; trabajar en conjunto la expansión productiva; convertirse en aliados estratégicos, y aprovechar este momento histórico. Lo que más me impactó personalmente, fue lo de “no dejar pasar esta oportunidad de llegar al mundo y duplicar la producción de leche en el país”. Eso si es “redistribución real del ingreso”, y no pan para hoy…, hambre para mañana.
Por: Ricardo D. Bindi - Agrositio.com