Es cierto que buena parte de los problemas vienen del exterior. Pero, también, resulta una verdad incontrastable que acá se acumulan inconvenientes de todo tipo dentro de una olla, cuya tapa está sujeta con grampas.
De más está explayarse para mostrar cuán importante es el contexto económico del país en la formación de los precios agrícolas.
Estos últimos días, el Gobierno se ha abocado a la presunta situación del cuadro de caída de la actividad económica a través de medidas de tinte puramente políticas.
Dada la situación de extrema gravedad, que se pretende remediar con una actitud oportunista -desde el plano político y sin un plan estratégico de desarrollo- es interesante que en estas líneas tratemos de prever, como un escenario posible, lo que puede acaecer en los próximos tiempos, no lejanos.
Si observamos el comportamiento del dólar en el mercado doméstico, veremos la fuerte presión que ejercen los operadores para hacerse de éste. A tal presión se le opone el Banco Central que aporta dólares para mantener su valor en el rango deseado.
En este cuadro, difícilmente, la producción aportará muchos dólares a través de ventas masivas de soja y otros granos. Hay voluntad de retención y espera así como deseo de frenar el avance gubernamental sobre la actividad privada.
El propio adelanto de las elecciones está, también, acelerando los tiempos y los temores. Ellos incentivan la parálisis comercial.
En vista de la limitada reserva de fondos por parte del Banco Central y de los compromisos de pago, que poco a poco se acercan, la cuenta corriente del Balance de Pagos está en una delicada situación.
Así las cosas, no resulta descabellado pensar en un escenario donde el dólar alcance una fuerza ascendente que sorprenda a las propias autoridades, las que no parecen tomar nota del panorama tenebroso que se presenta. Por ello, continúan actuando como políticos en campaña y olvidan la gestión.
De ser así, los granos representarán una alternativa de acumulación de valor cuyos precios siguen el comportamiento del dólar.
Como en un circulo que se retroalimenta, la expectativa de suba en la cotización del dólar puede acentuar la retención de granos y, por ende, presionar al alza a la moneda extranjera.