Aunque fue un paro lanzado a las apuradas, la protesta agropecuaria que concluye hoy al mediodía --dos horas antes de una nueva negociación entre el campo y el Gobierno--, logró un alto impacto en los mercados de granos y carne, una clara señal del malestar reinante entre los productores por la falta de respuesta a sus reclamos. Ni en Rosario ni en Buenos Aires se comercializaron cereales ayer. Y al Mercado de Liniers ingresaron escasos 188 vacunos. La imagen de los corrales vacíos se repetirá hoy, ya que al cierre de esta edición no había nuevos ingresos de animales.
Con este respaldo, los dirigentes de la Mesa de Enlace se presentarán hoy a las 14 en la sede del Ministerio de la Producción, donde tienen cita con Débora Giorgi. Un rato antes, conciliarán posiciones en las oficinas de Coninagro. No deben discutir su larga lista de demandas --harto repetidas por ellos y conocidas por el Gobierno--, sino el tono con que las plantearán.
El dilema no es menor: en muchas rutas, grupos de productores esperarán el resultado de la reunión, la primera del agro con un ministro en siete meses. El episodio protagonizado por Alfredo De Angeli y los productores entrerrianos en la sede de un banco echó más presión sobre las espaldas de los popes de la Mesa de Enlace, que saben que sus bases quieren respuestas rápido. Pero, a la vez, los dirigentes no quieren dilapidar la posibilidad de obtener al menos alguna medida. Si van directamente al choque, seguramente sea ese el escenario.
El ministro del Interior, Florencio Randazzo, explotó esa duda y pidió ayer a los ruralistas que asistan a la reunión con Giorgi como "defensores de los intereses del campo" y no "como dirigentes de la oposición política". Y aunque sostuvo que para el Gobierno "el de las retenciones no es un tema tabú", negó una vez más que ese reclamo vaya a formar parte de la oferta oficial a las entidades.
Eduardo Buzzi, el titular de la Federación Agraria, volvió a hablar ayer en tono contemporizador. Dijo que el encuentro con Giorgi debería "ser una oportunidad para encontrar solución a los múltiples reclamos largamente postergados". Pero ni él ni sus pares de CRA, Mario Llambías; Coninagro, Carlos Garetto; y de la Sociedad Rural, Hugo Luis Biolcati, eran optimistas. Más bien, ayer primaba entre los dirigentes la sensación de que ingresaban a una nueva etapa de dilaciones por parte del Gobierno.
En las oficinas de Giorgi buscaban ayer medidas que permitan contener el malhumor del campo sin ceder a su principal reclamo, la generosa revisión de las retenciones. Pedido que, por cierto, ahora levantan gobernadores como el cordobés Juan Schiaretti., que ayer opinó: "Es imprescindible que bajen las retenciones a la soja".