Por primera vez desde que comenzaron a sentirse en el país los efectos del crac financiero internacional, la presidenta Cristina Fernández reconoció la crisis y anunció un “plan de contingencia” para evitar costos importantes sobre la actividad y el nivel de empleo. Desde la quinta de Olivos, donde reunió a todo el Gabinete, gobernadores y los dirigentes sindicales y empresariales más representativos, la mandataria adelantó que el Estado dispondrá de $ 13.200 millones para reactivar el consumo a través de créditos baratos y, de esa manera, impedir despidos.
“Debo confesarles que ésta es una reunión que no me hubiera gustado tener, pero cuando los argentinos estábamos manteniendo e incrementando los niveles de crecimiento y reactivando políticas de promoción a la industria, la crisis nos llegó desde afuera”, enfatizó Cristina, horas antes de partir hacia Chile, y luego a Rusia.
Aunque los industriales ya venían reclamando la necesidad de readecuar algunas políticas del modelo para sostener los niveles de competitividad –perdidos producto de la inflación–, la Presidenta evitó las autocríticas y adjudicó los problemas actuales a la crisis externa. “Estábamos creciendo al 7% o al 8%, reduciendo la desocupación y con la participación de 43% de los trabajadores en el PBI, cuando el mundo nos complicó”, mencionó la jefa de Estado, quien también aprovechó para cargar las tintas contra “las grandes calificadoras de riesgo, las mismas que criticaban el modelo argentino y ni siquiera imaginaban que ocurriera semejante crisis”.
El plan reactivador, del que todavía no se conocen demasiados detalles, contempla la disposición de fondos públicos para ser destinados al otorgamiento de créditos. De un monto total de
$ 13.200 millones, que surgirán, en gran parte, de los ahorros previsionales, $ 3.500 millones se destinarán a préstamos al consumo –principalmente para electrodomésticos–, $ 3.100 millones serán para créditos a la compra de autos nuevos, $ 650 millones para la adquisición de utilitarios y $ 3.000 millones para estimular las inversiones de las pequeñas y medianas empresas. Otros $ 1.250 millones estarán orientados a prefinanciar exportaciones y capital de trabajo industrial y los $ 1.750 millones restantes tendrán el mismo objetivo pero para el sector agropecuario. Con respecto al plan para fomentar la venta de vehículos, sólo podrán acceder quienes adquieran el primer 0 km.
Los fondos previsionales serán licitados a través del Mercado Abierto Electrónico (MAE) y el banco que ofrezca una mejor tasa para prestar mantendrá el dinero –que ya tenía de los depósitos de las AFJP– a un plazo de un año. La ANSeS fijará una tasa del 11%, a la que se le sumará el spread del banco.
Cristina remarcó en todo momento que este plan de contingencia, mediante el cual los consumidores y las empresas accederán a créditos a baja tasa sólo será accesible para aquellas compañías que no se desprendan de personal ante la actual coyuntura. Uno de los grandes logros de la gestión K fue la fuerte reducción de los índices de desocupación, por lo que el Gobierno buscará evitar por todos los medios que el desempleo vuelva a tocar los dos dígitos. “Existe un cambio en las expectativas de la gente porque el Gobierno se está mostrando activo ante la crisis”, consideró una fuente oficial. “Nadie que convierta en variable de ajuste a los trabajadores va a poder acceder a este tipo de financiamiento”, advirtió la Presidenta. A su vez, remarcó que “el fortalecimiento del mercado interno hoy no es una cuestión de caer simpática a los trabajadores, sino una necesidad de los propios empresarios” para paliar las restricciones, que “esta vez no llegan por políticas domésticas, sino desde afuera”.