Trigo y la rotación de cultivos

Ing. Agr. Horacio Forján

La rotación de cultivos cumple un rol fundamental en los sistemas de producción. Diferentes secuencias de cultivos incidirán en forma variada sobre el suelo y sobre los rendimientos a través del tiempo. El nivel de abastecimiento de nutrientes, la capacidad de los suelos de infiltrar y retener agua, la estabilidad de los agregados, el tenor de materia orgánica, la evolución de las poblaciones de malezas, el control de plagas y enfermedades son influenciados por la rotación de cultivos. También es conocido que la inclusión de pasturas en esa rotación ayuda a recomponer o mantener propiedades del suelo que se han visto afectadas por períodos agrícolas prolongados donde el suelo ha sido trabajado con labranzas poco conservacionistas.

En la región sur bonaerense (Tres Arroyos), la rotación de cultivos que tradicionalmente es asignada a un lote en particular, está basada normalmente en el conocimiento que cada productor o técnico tiene del mismo: profundidad del perfil, análisis químicos (nutrientes) y físicos (textura, estabilidad de las partículas) realizados al suelo, evolución de los rendimientos, malezas predominantes, tipo de labranza seleccionada, etc.

Pero en los últimos años se ha observado una tendencia a prolongar los ciclos agrícolas debido a precios favorables, ciclos climáticos beneficiosos y avances en el uso de nuevos híbridos y variedades de alto potencial y muy buena adaptación a la región, en el control de malezas y en la fertilización. Esto ha volcado a los sistemas agropecuarios de la región a una mayor producción de granos.

A su vez, el rendimiento de los cultivos ha llegado a niveles muy elevados por el avance logrado en el campo de la genética, lo cual provoca una alta extracción de nutrientes del suelo, disminuyendo en forma rápida y marcada la fertilidad.

El ajuste de las prácticas de manejo de suelo, de las rotaciones o secuencias de cultivos y su interacción con el clima, son necesarios para regular la disponibilidad de esos nutrientes para los cultivos.

El fósforo es un elemento deficiente en los suelos del área y el aporte en forma de fertilizante es generalizado desde hace años. Como consecuencia de los ciclos agrícolas más prolongados y los mayores rendimientos, el nitrógeno también pasó a ser deficiente y las respuestas a la fertilización son cada vez más importantes.

Ante esta realidad así planteada, cabe preguntarse qué sucede con los rendimientos del trigo en un lote con suelo típico de la zona a medida que los cultivos agrícolas se prolongan en el tiempo?

La información que se presenta en este informe surge de un ensayo de rotaciones conducido en la Chacra Experimental Integrada Barrow desde 1982.

HISTORIA AGRICOLA DEL LOTE

La información de más de 15 años surgida a través del mencionado ensayo, nos permite por un lado comparar situaciones o secuencias de cultivo a través del tiempo y por otro, medir la evolución que presentan los rendimientos de los cultivos cuando se prolongan los ciclos agrícolas o cuando los mismos desarrollan en ambientes de diferente fertilidad.

Para el caso específico del trigo pan, se observa que si promediamos situaciones donde el cultivo ha estado presente en los distintos años en varios esquemas de agricultura contínua (no en un monocultivo), los rendimientos sufren una caída a medida que los cultivos agrícolas se suceden. Esa merma en los rindes será más pronunciada cuanto mayores sean los rendimientos obtenidos anualmente y cuando se empleen secuencias de cultivo muy extractivas de nutrientes.

El hoy generalizado uso de fertilizantes nitrogenados además de los fosforados, permite balancear esa pérdida de fertilidad de los suelos, alcanzándose rendimientos elevados y más estables.

Cuando la continuidad de los cultivos agrícolas se hace más prolongada, la respuesta al agregado de Nitrógeno es mayor debiéndose ajustar la dosis para obtener respuestas siempre crecientes. En resumen, el cultivo responde con incrementos en el rendimiento comparado con la situación anterior, los cuales se hacen más altos a medida que la historia agrícola del lote es más prolongada.

De manera que cuando se decide hacer trigo, la historia agrícola que tenga ese lote va a ser uno de los factores que defina el nivel de fertilización a aplicar.

Las condiciones climáticas que ocurran durante el ciclo del trigo y en especial en el período de floración, son decisivas para que se manifiesten diferencias entre las distintas historias agrícolas de un determinado lote.

En un año con precipitaciones escasas no se aprecian esas diferencias, ni aún entre situaciones con o sin fertilización (nitrógeno). En un año considerado normal por la cantidad y distribución de las lluvias, se observan respuestas importantes a la fertilizalción nitrogenada, siendo más marcada en la situación con muchos años de agricultura. Los años con abastecimiento de agua permanente durante el período crítico del cultivo permite obtener muy altos rendimientos y respuestas a la fertilización nitrogenada, presentándose las mayores respuestas (superiores a 1000 kg/ha de incremento con sólo 100 kg/ha de urea) en el suelo más agotado (10 años de agricultura).

En consecuencia, el impacto que produce la fertilización se observará en mayor medida en aquellos suelos más agotados cuando las condiciones climáticas se presenten favorables durante el ciclo del cultivo de trigo.

CULTIVO ANTECESOR

Si tenemos en cuenta todas las situaciones evaluadas a través de los años en el ensayo de rotaciones podemos establecer cuales han sido los mejores antecesores para el cultivo de trigo.

La pastura roturada a principios de verano es el mejor antecesor. Las altas temperaturas de esa época favorecen la mineralización de la materia orgánica y la liberación de nutrientes que luego pueden ser aprovechados por el cultivo de trigo.

En secuencias agrícolas, girasol, soja y trigo en ese orden resultan ser para las condiciones de la región, los antecesores que producen un mejor comportamiento en el trigo.

El girasol tiene ventajas por ser un cultivo que desocupa el lote temprano y no tiene una alta exigencia en nitrógeno. La soja deja un rastrojo rico en nitrógeno y de fácil descomposición y mineralización, que permite destinarlo rápidamente al cultivo que sigue en la rotación, en este caso el trigo, pero los niveles de nitrógeno del suelo quedan reducidos por la elevada extracción del sistema que produce su grano de alto porcentaje de proteína.

Un solo año de cultivo de trigo resulta ser un buen antecesor, siempre que las tareas de inicio de labores para permitir una buena descomposición del rastrojo se realicen bien temprano. Este valor resulta importante para aquellas situaciones en donde se repite el cultivo de trigo.

El maíz por su rastrojo voluminoso, inmoviliza mucho nitrógeno para su descomposición y por lo tanto la concentración disponible en las primeras etapas de crecimiento del trigo suele ser baja. Ante este antecesor es necesario el aporte temprano de fertilizante nitrogenado para suplir esa falencia.

Finalmente sembrar trigo en un lote que ya ha tenido 2 años de trigo no resulta conveniente por la incidencia de malezas y enfermedades, fundamentalmente a partir del tercer año.

Cuando todas estas situaciones son comparadas con el agregado de fertilizante nitrogenado, las diferencias entre antecesores practicamente desaparecen y los rendimientos se igualan. A excepción del antecesor trigo por más de 2 años donde la incidencia de las enfermedades sigue afectando seriamente los rendimientos.

Se puede resumir que el efecto del antecesor depende de un balance en el movimiento de los nutrientes que quedan disponibles para el cultivo de trigo. Una pastura al ofrecer una mayor fertilidad, va a evitar o reducir la aplicación de fertilizantes nitrogenados, mientras que en el otro extremo, un cultivo de maíz va a exigir una mayor fertilización por la inmovilización de nitrógeno que producen las bacterias del suelo para lograr descomponer el rastrojo.

El cultivo antecesor también define el período de barbecho para acumular agua previo al cultivo de trigo, a través del momento en que desocupa el lote.

Si se piensa sembrar trigo sobre trigo, se puede iniciar el barbecho inmediatamente luego de la cosecha para aprovechar las temperaturas del verano que facilitan la descomposición del rastrojo. Con girasol, en cambio, la primer labor posterior a su cosecha se podrá efectuar a fines de marzo; luego de un maíz a fines de abril, y si el cultivo antecesor fuese soja, el inicio del barbecho sería a principio de mayo.

Estas diferencias en el tiempo marcan una acumulación distinta de agua en el perfil, de acuerdo al cultivo previo y que es fundamental para comenzar el cultivo de trigo con una reserva adecuada almacenada en el perfil del suelo.

El rendimiento del cultivo antecesor es un parámetro de gran importancia por su incidencia en el balance de nutrientes del sistema. Un cultivo antecesor que obtiene un alto rendimiento en un lote que presenta muchos años de agricultura continua va a empobrecer aún más el suelo y por lo tanto va a ser necesaria una ajustada fertilización.

En base a la historia agrícola del lote y al rendimiento del cultivo antecesor, podemos decir que serían diferentes las respuestas a la fertilización nitrogenada del trigo que se siembra.

Cuando una pastura es roturada para hacer girasol y al año siguiente se siembra trigo, la respuesta que se obtiene ante la fertilización nitrogenada en trigo es superior en la situación donde el girasol obtuvo un mayor rendimiento. Esa mayor producción de grano necesita mayor cantidad de nutrientes para producirlo, en consecuencia los niveles en el suelo quedan más reducidos.

Si el rendimiento del girasol fue bajo, la extracción ha sido menor y los niveles de nutrientes en el suelo son poco afectados. Por lo tanto la respuesta de la aplicación de nitrógeno al trigo es muy baja y no sería económico ni necesario aplicar fertilizantes en este tipo de situaciones.

A medida que el lote posea una historia agrícola más prolongada, las respuestas esperables al agregado de nitrógeno serán mayores cuanto más elevado haya sido el rendimiento del girasol precedente.

Como se ve, la historia del lote y el cultivo antecesor tienen importancia a la hora de decidir la siembra de trigo en un determinado lote y el ajuste de las dosis de fertilizantes a aplicar. El tener presente estas consideraciones, nos permitirá ajustar las variables del cultivo de trigo que permitan alcanzar una producción más estable.