Por otra parte entre las recargas de marzo y el comienzo húmedo de abril, los perfiles en gran parte de la región pampeana, han alcanzado niveles de humedad que permiten ser optimistas de cara al comienzo de la campaña de granos finos. Quizá el centro norte de SF y algunas zonas de Chaco, como así también el sudoeste de CB estén algo cortos de reservas, siendo una excepción que aún tiene posibilidad de ser corregida.


El mes de abril es un mes muy sensible al comportamiento pluvial. Este año, la problemática de excesos y falta de piso estuvo presente, pero favorablemente logro resolverse en estos últimos diez días, con una recirculación de aire más seco. Recién en esta última semana, el ambiente ha alcanzado niveles de humedad relativa que permiten una mejor gestión de la cosecha, con mayor insolación y temperaturas templadas a ligeramente cálidas durante la tarde. El fuerte enfriamiento de principios de mes, que dejo las primeras heladas débiles en LP y el sur bonaerense, no se ha vuelto recurrente y esto también constituye una buena noticia para los cultivos de segunda que aún no habían llegado a término. A esta altura, podemos decir que si no hubiese mediado el período seco desde finales de diciembre a finales de enero, la oferta de agua del semestre cálido no ha sido mala, incluso por momentos sobre abundante, obviando los excesos pluviales conocidos en el sudoeste de la región pampeana. La distribución temporal ha sido fallida, los totales favorables.

Partiendo de las condiciones actuales y proyectando las necesidades pluviales para las próximas dos semanas, podemos concluir que la demanda de los perfiles se ajusta a valores modestos o incluso nulos. La zona núcleo central está bien posicionada, al igual que la mayor parte de BA y LP.

En este recorrido de la última semana de abril, los aportes pluviales quedan en general fuera de la región pampeana. Se esperan lluvias significativas para el norte del NEA, que pueden decantar algo de actividad pluvial en el norte de SF y ER, pero no es nada significativo. Las condiciones ambientales seguirán siendo favorables para el avance de cosecha.

Conforme avancemos sobre el mes de mayo, las lluvias comienzan a tener un comportamiento que marca un retroceso sobre la franja oeste. En este sentido, es la zona de influencia de Río Cuarto la que puede quedar más expuesta a niveles de humedad más recortados para el despliegue de las siembras. Sin embargo, aún restan posibilidades para que se generen recargas. A gran escala podríamos resumir, que la fina tendría un inicio sin mayores restricciones. Habrá que esperar alguna lluvia oportuna en la segunda parte de mayo o comienzos de junio para lograr un conveniente recarga superficial.

Las previsiones de mediano plazo, garantizan la continuidad de la cosecha y el margen de tiempo es suficiente como para lograr las correcciones necesarias en las zonas donde prevalecen algunas situaciones más deficitarias. Es un periodo, climáticamente, más calmo.