
La bomba arancelaria lanzada por el presidente estadounidense Donald Trump siembra la incertidumbre en todo el mundo.
Las barreras comerciales anunciadas todavía tienen que pasar por el análisis de la letra chica pero, en principio, para Argentina rige el arancel del 10% a los bienes que ingresan a Estados Unidos desde todos los países.
Además, los países tendrán un arancel recíproco individualizado más alto para los casos que, según Trump, Estados Unidos tiene los mayores déficits comerciales (entrará en vigor el 9 de abril).
Sobrecosto
Para las máquinas agrícolas que se envían desde Argentina a Estados Unidos rige, hasta que no se anuncie lo contrario, una tasa de 10%.
Afecta, en especial, a los equipos para la logística granaria, como embolsadoras y extractoras de granos y cabezales maiceros.
Lo mismo ocurre para las agropartes enviadas desde la industria nacional, como discos y cuchillas para sembradoras e implementos.
En el contexto agroindustrial en general, el aceite de soja aparece como la principal víctima y hay otros sectores afectados como la citricultura.
Zozobra
Al mismo tiempo, dentro de Estados Unidos ya han surgido pronunciamientos con tono apocalíptico sobre lo que ocurrirá con los farmers.
La Federación Estadounidense de Oficinas Agrícolas (AFBF, por la sigla en inglés) es la organización más grande del país dirigida por productores y presta servicios en los 50 estados.
Los farmers “dependen de las importaciones para obtener suministros esenciales, como fertilizantes y herramientas especializadas”, advirtió la AFBF.
“Los aranceles incrementarán el costo de suministros críticos y las represalias arancelarias encarecerán los productos cultivados en Estados Unidos a nivel mundial”, agregó
“Esta combinación no sólo amenaza la competitividad de los productores a corto plazo, sino que podría causar daños a largo plazo al provocar pérdidas de participación de mercado”, alertó.
Angustia
A su vez, la Unión Nacional de Agricultores (NFU) agrupa a más de 230.000 familias de productores estadounidenses y sus comunidades.
“Una cosa es segura: Los productores y ganaderos familiares estadounidenses sufrirán las consecuencias de esta guerra comercial global”, aseguró la NFU.
Los legisladores demócratas se sumaron a los vaticinios negativos y afirmaron que “la guerra comercial obligará a muchos establecimientos agropecuarios a cerrar”.
Fuente: MaquiNAC