Esta medida, basada en un enfoque precautorio, podrá ajustarse conforme se obtenga nueva información sobre la disponibilidad del recurso y las condiciones ambientales.

El viceministro de Pesca y Acuicultura, Jesús Barrientos, afirmó que la clave del éxito será el trabajo conjunto entre el gobierno, la comunidad científica y los pescadores artesanales.

“Estamos reforzando el monitoreo de las condiciones oceanográficas y biológicas del calamar gigante. Nuestro objetivo es ofrecer información oportuna para que los pescadores puedan planificar mejor sus actividades y aprovechar de manera sostenible los períodos de mayor disponibilidad del recurso”, comentó.

Agregó que se implementarán estrategias para diversificar las zonas de pesca y reducir la presión sobre áreas específicas.

“Del mismo modo, se fortalecerán las capacidades de los pescadores mediante programas de capacitación en buenas prácticas pesqueras y sostenibilidad”, refirió.

Dato

El 2024 cerró con un volumen de desembarque de solo 188,345 toneladas de calamar gigante, una de las cifras más bajas en la última década.