
La teoría económica es clara: cuando se aplican aranceles, los que pierden inmediatamente son los consumidores.
Los aranceles constituyen una herramienta usual del mercantilismo, que intenta proteger la producción local, pero con el tiempo, lo que logra es lo contrario.
De eso los argentinos sabemos mucho.
Se encarecen las importaciones, por ello es la gente la que sufre.
Pero lo peor es que, a la larga, también se afectan las exportaciones, pues éstas necesitan de las importaciones para producir.
Este es el cuadro que se viene, de no haber cambios, sobre la economía de EE.UU. y, en consecuencia, sobre la del mundo: recesión.
Al día de hoy, los agentes económicos enfrentan una dura incertidumbre.
Así deben lidiar con la escalada arancelaria, originada por la Casa Blanca y las represalias que irán llegando por parte de los países afectados.
Es el caso de China que ya aplica un arancel del 10% contra la soja estadounidense.
America first es la política de Trump que, con el tiempo, debería golpear la propia economía.
De hecho, la Reserva Federal podría reducir la tasa de interés para aliviar la recesión en ciernes.
Este cuadro, sin embargo, podría tener un lado favorable para la soja y otros granos.
¿Por qué? Porque el valor del dólar debería seguir su recorrido en baja y, en consecuencia, las demás divisas en alza.
De esta forma, el poder de compra de los importadores aumentaría y, como las cotizaciones se efectúan en dólares, también deberían subir por esta causa.
En cuanto a los demás exportadores, al incrementarse el valor de sus respectivas monedas, la propensión a producir/exportar se reduce.
Un hecho está clarísimo. Desde el 10 de marzo pasado, el real no deja de subir.
Ello quita competitividad a los exportadores/productores. Por ende, debe repercutir en el precio vía menor interés en concretar toda oferta.
El gráfico es elocuente. Desde fines de diciembre del año pasado, el dólar viene en caída en relación al real.

Visto desde el lado del real, el gráfico es así:

Es muy probable que la recesión llegue al mundo, de la mano de EE.UU. Esta es una posibilidad muy negativa.
Pero, tal como explicamos, es posible que haya otro elemento a favor de los precios: la debilidad del dólar