El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) publicó sus proyecciones agrícolas para Estados Unidos de cara a la próxima década. A continuación, se presenta un breve resumen de los aspectos más importantes.

1- Área sembrada.


Luego de haber tocado un máximo en 2014/15, el área agrícola sembrada en Estados Unidos con los principales ocho cultivos (maíz, soja, trigo, algodón, sorgo, cebada, arroz y avena) mostró una tendencia decreciente con el correr de los años. De esta manera, tras sembrarse 104,1 millones de hectáreas diez años atrás, las estimaciones del USDA indican que en el 2024 se habrían implantado 100,3 millones de hectáreas; esto eso, un 4% menos que una década atrás. Diferenciando por cultivo, en 2024 se sembró un total de 36,7 millones de hectáreas con maíz, 35,2 millones con soja y 18,6 millones con trigo, en tanto el resto de los cultivos sumaron 10,5 millones de hectáreas.


Mirando hacia adelante, el organismo gubernamental estadounidense prevé que el área implantada con los principales ocho cultivos disminuya en 0,4 millones de hectáreas en 2025, en tanto estima que la tendencia decreciente se mantenga año a año, de manera que el área sembrada se situaría en 98,8 millones de hectáreas en 2034. Así, estos commodities ocuparían en total un 2% menos de superficie respecto a 2024 y 5% menos respecto a 2014. En este sentido, las proyecciones del USDA para el 2034 son de 35,8 millones de hectáreas de maíz (↓2% respecto a 2024), 35 millones de hectáreas de soja (↓1% respecto a 2024), 18,4 millones de hectáreas de trigo (↓1% respecto a 2024), y 9,6 millones del resto de los cultivos (↓1% respecto a 2024). De efectivizarse estas previsiones, el maíz perdería 1 p.p. de participación en la superficie agrícola estadounidense en la próxima década, pasando del 37% al 36%, en manos de la soja y el trigo, que alcanzarían una participación del 35% y 19%, respectivamente.


2- Producción y exportaciones.

Actualmente, y desde hace muchos años, Estados Unidos emerge como uno de los principales productores y exportadores de materias primas agrícolas a nivel mundial. Según datos del USDA, el país norteamericano se posiciona como el principal productor y exportador de maíz, el segundo mayor productor y exportador de soja y el quinto mayor productor y exportador de trigo. Por este motivo, resulta crucial examinar las proyecciones reflejadas en sus balances, ya que cualquier cambio impactará directamente en los precios y en el comercio internacional.


En primer lugar, en cuanto al maíz, las estimaciones difundidas por el USDA muestran que la caída en la producción registrada en el actual ciclo 2024/25 se revertiría a partir del año próximo, con una tendencia creciente que continuaría en la próxima década. Así, para la campaña 2025/26, la cosecha del cereal se situaría 1% por encima de este año, alcanzando 388,7 Mt. Asimismo, en 2034/35 la cosecha ascendería un 6% hasta 409,4 Mt, impulsada por un incremento en el rinde, que contrarrestaría la caída en el área implantada.

Por su parte, la demanda del cereal durante la próxima década marcaría un incremento del 8%, siendo que todos sus componentes están llamados a crecer en la próxima década: el uso como forraje y residuos crecería un 12%, el uso en alimentación, semillas e industria aumentaría un 1%, mientras que las exportaciones registrarían una fuerte suba del 17% para situarse en 69,2 Mt. A pesar de ello, debido a un mayor crecimiento absoluto en la oferta que en la demanda, los stocks finales se incrementarían un 16%, con una relación stock/consumo 1 p.p. mayor, pasando de 13,3% a 14,3%.


Respecto a la soja, el USDA estima que luego del importante crecimiento en la cosecha durante la actual campaña 2024/25, el próximo ciclo marcaría una caída del 4% en la producción, que se situaría en 120,2 Mt, respondiendo tanto a una menor área sembrada como a menores rindes. Por su parte, de aquí a 10 años, si bien el área implantada con la oleaginosa disminuiría un 1%, la mejora en los rindes permitiría un crecimiento del 7% en la producción, que alcanzaría 132,7 Mt. Así, el USDA estima que en 10 años el output estadounidense estará en condiciones de incrementarse en 8,1 Mt.

Del lado de la demanda, se advierte que el uso total de la oleaginosa crecería un 12% durante la próxima década, liderado por un incremento del 14% en las exportaciones, que llegarían a 57,4 Mt. Por su parte, la molienda de soja crecería un 11%, llegando a 73 Mt, en tanto estos aumentos se verían contrarrestados por un menor uso como semillas y residuo, que caería un 8% hasta 2,9 Mt. Así, con un incremento de la cantidad demandada que sobrepasaría al de la oferta, los stocks finales que proyecta el USDA para el año 2034 se ubicarían un 36% por debajo de los que dejaría la campaña 2024/25, en apenas 9,5 Mt, y ajustando con ello la relación stock/consumo del 12,5% actual al 7,1% para el 2034.


Finalmente, por el lado del trigo, luego del enorme crecimiento registrado en la producción del cereal norteamericano en 2024/25, la misma caería un 4% durante la próxima campaña, para situarse en 51,2 Mt, como consecuencia de menores rindes. No obstante, durante la próxima década, se registraría un leve incremento del 1% en la cosecha de trigo, que alcanzaría 54,2 Mt hacia la campaña 2034/35. Esta mayor producción respondería a mejores rindes, que compensarían la menor área sembrada.

La demanda del cereal también crecería, impulsada principalmente por un aumento del 15% en las ventas externas, que se situarían en 25,8 Mt. Por su parte, el uso como alimento aumentaría un 2% mientras que el uso como semillas y como forraje disminuiría un 2% y 8%, respectivamente. Como resultado, las existencias finales para la campaña 2034/35 se situarían 6% por encima del volumen que se registraría a finales de la campaña en curso, aunque el incremento en la demanda ajustaría la relación stock/consumo del 41,2% actual al 40,7%.

3- Precios y comercio internacional.

En años recientes, principalmente durante las campañas 2021/22 y 2022/23, los precios nominales de los cultivos estadounidenses han tendido a situarse por encima de sus medias históricas de largo plazo. Este incremento fue consecuencia de las condiciones económicas mundiales y las circunstancias del mercado, como la inflación persistente, así como también de sequías, interrupciones de las cadenas de suministro, elevados costos de los insumos, la guerra entre Rusia y Ucrania, y una fuerte demanda.

No obstante, desde hace ya varios meses, se ha observado un paulatino descenso en las cotizaciones de los commodities agrícolas y el USDA prevé que se mantengan bajas durante todo el periodo de proyección, en comparación con los niveles históricamente altos alcanzados en los últimos años. Concretamente, se proyecta que los precios de los principales cultivos disminuyan durante la próxima campaña 2025/26, y luego se mantengan relativamente estables, marcando un ligero aumento en 2026/27 hasta 2028/29 y estabilizándose a partir de 2029/30. En este sentido, si bien se espera que el aumento de la demanda mundial de dietas diversificadas y de proteínas estimule la importación tanto de cereales forrajeros como de soja, esta mayor demanda iría acompañada de una creciente competencia mundial, liderada principalmente por Brasil, Argentina y la Unión Europea.

A nivel internacional, la agencia norteamericana espera que la producción mundial de maíz aumente casi un 14% durante el periodo la próxima década, alcanzando los 1.439 Mt en 2034/35. Estados Unidos y China serían responsables de más de la mitad de la producción mundial del cereal (51%), en tanto le seguirían Brasil, la Unión Europea y Argentina. De estos países, Brasil registraría los mayores incrementos en la producción durante el período de proyección, creciendo 52 Mt entre 2025/26 y 2034/35.

Respecto a las exportaciones de maíz, se estima que la mismas permanecerán altamente concentradas en cuatro países que representarían más del 88% de las ventas externas en 2034/35: Brasil, Estados Unidos, Argentina y Ucrania. Haciendo foco en Argentina, se estima que nuestro país experimentaría un aumento de las exportaciones del cereal del 25% entre 2024/25 y 2034/35, alcanzando 44,9 Mt. Este crecimiento respondería a una superficie sembrada levemente mayor, y a un aumento en el rendimiento que impulsaría la producción.

En cuanto a la soja, el USDA estima que la producción mundial aumentaría más del 16% durante la próxima década, alcanzando 493 Mt en 2034/35. Esta producción se encontraría altamente concentrada en Brasil, Estados Unidos y Argentina, suministrando alrededor del 90% del total mundial. Por su parte, China se mantendría como el principal consumidor de soja a nivel internacional, dando cuenta del 74% del consumo global en 2034/35. De esta manera, se estima que las importaciones de la oleaginosa se incrementarían más del 20% en la próxima década hasta alcanzar 221,9 Mt, con China concentrando el 63% de las mismas.

Se prevé que Brasil suministre la mayor parte de esas exportaciones, con una cuota de casi el 62% del total de las exportaciones mundiales en 2034/35, seguido de Estados Unidos y Argentina. No obstante, el USDA destaca que, en Argentina, la actual política que aplica una alícuota de retenciones más alta a la exportación de poroto de soja que de derivados incentiva la molienda y exportación de aceite y harina de soja. Como consecuencia, se estima que las exportaciones de poroto disminuirán en torno al 18% hasta 3,7 Mt en 2034/35, de manera que Argentina seguiría ocupando el tercer lugar como exportador de soja, pero muy alejado de Brasil y Estados Unidos. Como contracara, las ventas externas argentinas de aceite de soja y harina de soja crecerían 22% y 16%, respectivamente, logrando que nuestro país se mantenga como líder indiscutido en la exportación de estos subproductos.


Finalmente, respecto al trigo, se prevé que la producción mundial alcance 876,2 Mt en 2034/35, registrando un incremento del 7,1% a lo largo de la década, con la Unión Europea, China, India y Rusia representando casi el 58% de la producción. Por su parte, se espera que las importaciones mundiales del cereal alcancen 248,1 Mt en 2034/35, impulsadas por países de renta media-baja de África y el Sudeste Asiático, y por países de renta media-alta de Oriente Medio.

En cuanto a las exportaciones, se estima que los mayores ocho exportadores del cereal, esto es, Rusia, la Unión Europea, Canadá, Australia, Estados Unidos, Ucrania, Argentina y Kazajstán, darán cuenta del 90% de las ventas externas de trigo en 2034/35. Respecto a Argentina, se prevé que las exportaciones crezcan de 11,5 Mt en 2024/25 a 14 Mt en 2034/35. Si bien Brasil suele absorber cerca de la mitad de las exportaciones argentinas del cereal, se prevé que las importaciones brasileras de trigo argentino aumenten lentamente durante la próxima década, dada la expansión de la producción de trigo en nuestro país limítrofe. De esta manera, la mayor parte del crecimiento de las exportaciones argentinas se dirigirán a África y el sudeste asiático.

Por Belén Maldonado – Emilce Terré
Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario