Humberto Rivero, presidente de la Federación de Cañeros de Santa Cruz, exigió este jueves al Gobierno nacional reforzar los controles en la frontera con Brasil para combatir el contrabando de azúcar, un problema que, según denunció, distorsiona las cifras oficiales de exportación y beneficia a mercados ilegales.
Rivero detalló que, en 2023, Bolivia produjo 13,7 millones de quintales de azúcar, de los cuales entre 9 y 9,5 millones se destinaron al consumo interno. Sin embargo, los registros del Instituto Nacional de Estadística (INE) no coinciden con el volumen real de exportaciones.
«Si comparamos lo declarado con lo que realmente sale del país, hay un hueco que aprovechan los contrabandistas», afirmó en contacto con Unitel.
Brasil
El dirigente vinculó esta situación a la caída en la producción de Brasil, principal socio fronterizo, afectada por sequías y otros factores climáticos, lo que habría incentivado el flujo irregular de azúcar boliviano hacia ese mercado.
«Allí (en Brasil) hay escasez y parte de nuestra producción se está yendo por vías no legales», sostuvo.
Pese a esto, Rivero aseguró que no hay riesgo de desabastecimiento en el mercado local. «La ciudadanía debe estar tranquila: tenemos suficiente azúcar para cubrir la demanda este año», afirmó.
Además, pidió coordinación entre autoridades aduaneras, fuerzas de seguridad y el sector productivo para cerrar los circuitos ilegales.
Mientras tanto, el Gobierno no se ha pronunciado sobre los controles solicitados, por lo que el sector cañero se mantiene alerta ante un escenario que, advierten, podría erosionar la economía formal si no se toman medidas urgentes.
De acuerdo con Rivero, la próxima cosecha y las proyecciones de comercio exterior serán claves para evaluar el impacto real del contrabando en los ingresos que genera la caña de azúcar.