El cuadro de esta semana presenta dos aspectos.

Uno es el de mediano plazo, que está referido a la relación de las distintas monedas del mundo.

El proteccionismo manifiesto de Trump debería afectar las monedas.

El yuan se depreciaría para amortiguar la fuerza de los aranceles que el nuevo gobierno estadounidense se apresta a disponer.

En tal caso el dólar sería más fuerte.

La devaluación del yuan, una divisa clave porque integra un alto porcentaje de las reservas, no se detiene.

La moneda china está en el nivel más bajo de los últimos 15 años.

El cuadro muestra su evolución en los últimos treinta días.

La caída del yuan y la fortaleza del dólar afectan directamente el precio de los granos, especialmente el de la soja.

El mercado de divisas y el precio de los granos están estrechamente vinculados: un alza del dólar encarece gran parte de las materias primas en otras monedas. Se dificulta la importación.

Y la cuestión no termina acá.

La devaluación del real, del peso chileno, del peso uruguayo y de casi todas las monedas contra el dólar presiona a la suba del valor del peso argentino.

Pero, hay una buena. Se trata del segundo tema.

El USDA en su reporte de enero, habló de los stocks, al comenzar el último mes de 2024, sobre una reducción.

Se infiere, entonces, que la cosecha 2024/25 alienta esperanzas.

Así los precios fueron en suba. Como hace mucho no se veían.

Luego de las mejoras de la semana pasada, este lunes trajo buenas nuevas.

El precio de la soja volvió a cerrar en suba, en Chicago. Obviamente, este cambio de tendencia es resultado del informe mensual que el USDA publicó el viernes pasado.

Así pasó de una estimación de cosecha de 121,42 millones de toneladas a 118,40 millones.

En cuanto a las existencias finales bajó de 12,80 a 10,34 millones de toneladas para EE.UU.

Algo similar sucedió con el maíz.

Por ahora, se trata de una palmadita en la espalda.