Desde el INTA AMBA, entre las líneas de agregado de valor, se trabaja en generar nuevos productos alimenticios, a través del aprovechamiento de la tecnología de deshidratación que permite concentrar activos con propiedades nutraceúticas que están presentes en los vegetales. Además, se valorizan los excedentes y uso en la generación de productos intermedios o finales.

Esta experiencia se centra en la caracterización fisicoquímica, microbiológica, nutricional y sensorial de las materias primas y productos finales tanto en la formulación como en la elaboración, destacando la importancia de composición natural y transformación basado en técnicas que garanticen la preservación de los nutrientes sin el agregado de aditivos.

Es clave destacar que se utilizan todas las partes de los vegetales: cáscara, pulpa y semilla. Esto, contribuye a minimizar el desperdicio de los alimentos y prolongar la vida útil.

Se evalúa la aceptabilidad, según estudio de panel de consumidores, para determinar la demanda, hábitos, preferencias e interés por los productos naturales, así como rendimientos y costos de procesos.

“Los deshidratados de vegetales y aromáticas constituyen una opción nutricional aceptable”, destaca Alejandra Ricca, investigadora de la Estación Experimental Agropecuaria AMBA del INTA quien trabaja en este proyecto junto a la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR).

Sabor y calidad

Estas prácticas tienen por objetivo determinar el impacto que generan las tecnologías de secado en los parámetros de calidad nutricional e inocuidad de vegetales.

Además, ofrece alternativas de diferentes alimentos formulados para incluir vegetales en la dieta diaria, sin renunciar al sabor y a la calidad.

La labor se lleva a cabo con el fin de llegar a poblaciones en las cuales el consumo de frutas y vegetales es muy bajo.

Desde el INTA AMBA se considera que la transferencia del know how constituye una acción estratégica económica para emprendedores, PYMES y el sector industrial, con impacto en el territorio.