La consultora AgRural aumentó, este lunes, su estimación de soja en Brasil.

Pasó de 168,90 a 171,50 millones de toneladas. Sería una cosecha impresionante.

Tal volumen ha quedado bien por arriba del nivel de 169 millones proyectado por el USDA y de los 166,21 millones previsto por la Conab días atrás.

El buen volumen de precipitaciones recibido y la finalización de la siembra, en el país, lleva a estimar este nivel tan elevado.

Así las cosas, enfrentaríamos una de las relaciones stock consumo - mundial más altas de la historia de la soja (32,7%).

Como vemos, todo camina de parabienes. Todo bien…para Brasil.

Sin derechos de exportación y con un tipo de cambio cada vez más favorable para la exportación, ¿cómo no va estar todo bien?

Y no es que el cuadro productivo evolucione mal en la Argentina.

Se estima una cosecha entre 50 y 52 millones de toneladas.

Entonces… ¿cuál es el problema? ¿Se llora por deporte?

El problema es que con estos volúmenes (de parte de Sudamérica), con un tipo de cambio en términos históricos bajo y con un nivel de derechos de exportación alarmante, bueno… el panorama es harto difícil.

El tipo de cambio efectivo real está entre los peores de la historia de la soja en nuestro país. Para colmo de males, con un precio internacional tan bajo como pocas veces se ha visto.

Volvamos al tipo de cambio en Brasil.

Alrededor de los días 12 y 13 de diciembre, parecía que la tendencia podría modificarse.

Pero, inmediatamente, el real volvió a su senda descendente. Y así el dólar sigue valiendo cada vez más.

El cuadro es ilustrativo:

Por si todo ello no fuera suficiente, está el problema de la demanda.

La demanda de China se ha adelantado, frente a las amenazas de Trump.

Los importadores de este país han anticipado operaciones para cubrirse de futuros aranceles en EE.UU.

Otro tema es el de la política que seguirá Trump respecto a los cortes en biocombustibles.

Al respecto vale recordar que el maíz y la soja además de ser insumos para los alimentos, son una importante fuente de energía.