La Patagonia enfrenta un desafío crítico: la degradación de sus suelos y pastizales causada por sequías intensas, vientos fuertes y un manejo ganadero inadecuado. Un reciente estudio realizado por la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) en conjunto con una empresa especializada en ganadería regenerativa, evaluó cómo el pastoreo rotativo podría mejorar la salud de estos ecosistemas, aumentando la diversidad vegetal y recuperando la cobertura del suelo.
“Desde principios del siglo XX, el pastoreo continuo ha reemplazado especies valiosas, agravando la degradación de los pastizales patagónicos. Este deterioro, combinado con condiciones climáticas adversas, llevó a que muchos productores abandonaran sus campos”, explicó Pablo A. Cipriotti, docente de la FAUBA e investigador del CONICET.
Descansos prolongados
Cipriotti y su equipo, junto con los ingenieros agrónomos Pablo Borrelli y Gonzalo Irisarri, estudiaron cómo la práctica del pastoreo rotativo —donde se concentra el ganado en ciertos potreros mientras otros descansan— puede contribuir a la regeneración de los pastizales.
“Monitoreamos 20 estancias desde Río Negro hasta Tierra del Fuego, con sistemas que llevaban entre 3 y 11 años en pastoreo rotativo y descansos superiores a 100 días. Usamos un índice de ‘salud’ que mide la diversidad forrajera, la cobertura del suelo y el enmalezamiento. Los resultados mostraron mejoras de entre 20 y 30 % por año en campos degradados, lo que demuestra que la recuperación es posible”, destacó Cipriotti.
Retos y soluciones adaptativas
Aunque el pastoreo rotativo ha mostrado beneficios claros, Cipriotti enfatizó los desafíos logísticos que implica. “Los potreros en Patagonia son enormes, las distancias largas y el movimiento de ganado es complicado. Además, la presencia de guanacos silvestres, que pastorean libremente, dificulta los descansos adecuados para la vegetación”.
Para enfrentar estas limitaciones, los investigadores están probando alternativas como la carga animal flexible, adaptando el número de animales según el estado de los pastizales. “Es fundamental diseñar estrategias específicas para cada establecimiento, considerando la heterogeneidad de la región y los cambios climáticos futuros”, añadió.
Cipriotti concluyó destacando que no hay soluciones únicas para los desafíos de la Patagonia. “La clave está en realizar monitoreos precisos y aplicar estrategias personalizadas. Solo así podremos conservar y mejorar estos ecosistemas frente a la incertidumbre climática”.
Fuente: El Chubut