Pese al sostén que puede dar al precio de la soja la favorable evolución de las exportaciones norteamericanas a China, la oleaginosa sufrió nuevas caídas.
Es evidente, que EE.UU. está exportando por las compras anticipadas que está implementando China antes de que finalice el mandato de Biden. El temor a lo que suceda, con Trump en el poder, dirige la acción china.
Para acentuar la incertidumbre y “fogonear” temores, las declaraciones de Trump de este fin de semana son alarmantes. Claramente sensacionalistas. Aunque es difícil que se cumplan, hacen “ruido”.
Trump amenazó al bloque de los BRICS con imponer "aranceles de 100%" a sus productos si intentan crear una nueva moneda que afecte el dominio del dólar.
La amenaza no es menor ya que entre los integrantes del bloque se encuentran China e India, principales importadores de productos oleaginosos y Brasil y Rusia, mayores vendedores de soja y de trigo. Tremendo…
Las benéficas condiciones climáticas en Brasil e incluso en la Argentina presionan a la baja de los valores.
Hubo buenas lluvias en la Argentina y se aguardan otras precipitaciones en el sur de Brasil, una región que genera preocupación por la necesidad de mayor humedad en los suelos.
Pero también influyen una fuerte devaluación del real contra el dólar –de momento, del 1,8%– y nuevas amenazas arancelarias de parte del presidente electo de Estados Unidos.
Además, el progreso de la siembra es alentador.
AgRural, este jueves, informó que el más del 90% de la superficie prevista se ha cumplido. Es un porcentaje considerablemente mayor al de la semana anterior.
En general, la cuestión de las precipitaciones es favorable. Solamente, preocupa en el sur de Mato Grosso do Sul, que carece de adecuada humedad y sufre elevadas temperaturas.
Con este cuadro, la estimación reciente de la consultora Celeres cayó como bomba. Estimó una cosecha de casi 171 millones de toneladas. Es casi un millón más de la prevista en noviembre.
Para tomar dimensión de ello, hay que recordar que en la campaña anterior, Brasil cosechó 154,40 millones de toneladas.
Como si todo ello no fuera suficiente, la moneda brasileña sigue en descenso.
El dólar ha retomado con fuerza su valorización en términos de reales.
La depreciación del real, un factor depresivo de los precios, se visualiza en el siguiente gráfico:
Con mayor detalle, en este gráfico que sigue, podemos ver cómo desde el día 26 de noviembre el problema se ha agudizado.
Se trata de una brutal devaluación. En pocas horas, la moneda brasileña se desplomó frente al dólar, que pasó de 5,80 a 6,10.
El anuncio del Ministro de Hacienda fue negativo para el mercado cambiario. En vez exponer un plan de recortes del gasto público, más bien fue en dirección opuesta.
Para terminar, la situación de la producción argentina es delicada, sobre todo para la oleaginosa.
Además de operar con precios internacionales históricamente bajos, debe soportar la discriminación surgida de un sistema impositivo que desalienta la competitividad, no sólo de la soja sino de todo el eslabón agrícola.