La semana comenzó con ligeras alzas para la soja en la rueda diaria de Chicago, después de haber pasado unos cuantos días oscuros.
Se nota que por ahora hay un considerable ritmo de exportaciones estadounidenses, así como también compras de ocasión de los inversores, siempre dispuestos a la oportunidad que brinda el mercado.
Todos sucede en medio de un cuadro geopolítico adverso.
La Administración Trump sigue generando incertidumbre a nivel global a raíz de la presunta política en la industria de biocombustibles negativa para ésta más la guerra de aranceles de importación que podría generarse apenas asuma el nuevo presidente.
En tal caso, el ambiente internacional se volverá mucho más complejo con las consecuentes represalias, sobre todo de parte de China.
Para colmo de males, el dólar con vaivenes sigue en ascenso.
El gráfico que sigue (Investing.com) muestra la evolución del dólar-índice, desde agosto a la fecha. Claramente se nota cómo desde inicios de noviembre, con el resultado de las elecciones en EE.UU. el índice inicia una nueva pendiente a la suba.
En tanto el dólar sigue su camino de fortalecimiento, Brasil patea en contra.
Continúa el real depreciándose y así sigue la presión a la baja del precio internacional.
Miremos el gráfico (Investing.com)
Desde octubre, se acentúa la devaluación de la moneda brasileña.
Otro problema de mediano plazo es el de los stocks, no solo mundiales sino también de nuestro país.
Al término de la campaña comercial de soja argentina 2024/25, los stocks finales llegarían a nada más ni nada menos que 8,0 millones de toneladas. ¡Es casi el doble del registro del ciclo previo!
Si a este remanente se le agrega el volumen proyectado (cosecha 2024/25), la oferta total sería de 65-67 millones de toneladas. Para pensar… ¿no?
Pese a todo ello, los precios domésticos no reflejan exactamente el valor internacional de la soja. Y se mueven por encima.
Sucede ello porque el ritmo de ventas local es lento. La producción es renuente a desprenderse de mercadería.
La industria molinera debe cumplir compromisos y la mercadería no le alcanza.
Para los tenedores de soja, todo ello debería llevar a una sosegada reflexión.
Subirse al molino para pensar mirando al horizonte puede ayudar….