La biodiversidad, durante años un tema secundario en el mundo empresarial, ha comenzado a ganar protagonismo de manera acelerada. Este cambio de enfoque es evidente en la histórica participación de compañías que asistirán a la Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad (COP16), a celebrarse del 21 de octubre al 1 de noviembre de 2024 en Cali, Colombia. Este evento, que reúne a la comunidad internacional para discutir la implementación del Marco Global de Biodiversidad, contará con la asistencia de más de 14.000 personas, un 10% de las cuales representarán al sector empresarial. ¿Qué está impulsando este interés? El Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo detectó cinco tendencias globales que explican este creciente involucramiento.
1. La naturaleza es esencial para la economía global
Según el Foro Económico Mundial, al menos la mitad del PIB mundial depende directamente de los recursos naturales. Sin embargo, aproximadamente el 40% de estos recursos está en declive, lo que convierte la pérdida de biodiversidad en uno de los riesgos más graves para la economía global en la próxima década. El cambio climático, las tensiones geopolíticas y la interdependencia de los países a través del comercio y el transporte solo añaden más incertidumbre a este escenario.
Para las empresas, este riesgo no puede ser ignorado. Cada vez más se reconoce que la protección de la biodiversidad es fundamental para la sostenibilidad de las cadenas de suministro en sectores como la energía, los alimentos y los minerales, donde la demanda se disparará en los próximos años. En países como Suecia, por ejemplo, investigadores han comenzado a analizar estos riesgos interconectados a través de proyectos como Mistra Geopolitics.
2. Los países están definiendo sus agendas nacionales de biodiversidad
En la COP16, el mundo se enfrenta al reto de pasar de las palabras a la acción. Los países deben presentar sus Estrategias y Planes de Acción Nacionales para la Biodiversidad (NBSAP, por sus siglas en inglés), en los cuales describirán cómo planean cumplir con los objetivos del Marco Global de Biodiversidad, adoptado en la COP15.
Este marco incluye metas clave que afectan directamente a las empresas, como la reducción de la contaminación (objetivo 7), la necesidad de evaluar y mitigar los riesgos relacionados con la biodiversidad (objetivo 15) y la disminución de los residuos y el consumo excesivo (objetivo 16). Para muchas compañías, cumplir con estos objetivos no solo será una necesidad legal, sino también una oportunidad para demostrar su compromiso con la sostenibilidad.
3. Las empresas deben informar sobre los riesgos relacionados con la naturaleza
Hasta hace poco, solo una pequeña fracción de las empresas evaluaba su impacto en la biodiversidad, pero esto está cambiando rápidamente. Los inversionistas exigen cada vez más información sobre los riesgos vinculados a la naturaleza, y las herramientas de evaluación se están volviendo mucho más sofisticadas. En este contexto, 177 instituciones financieras, que controlan activos por más de 22.1 billones (trillones en nomenclatura anglosajona) de euros, han firmado el Pacto de Finanzas por la Biodiversidad, comprometiéndose a acelerar el progreso en este ámbito.
Además, diversas normativas y directrices internacionales, como la Directiva de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) de la Unión Europea, que entrará en vigor en 2025, y las nuevas guías de sostenibilidad de China para 2026, obligarán a las empresas a integrar el reporte sobre biodiversidad en sus informes de sostenibilidad. Las empresas que se adelanten a estas normativas podrían beneficiarse de una ventaja competitiva en un mercado cada vez más consciente del impacto ambiental.
4. La bioeconomía abre nuevas oportunidades
El modelo de bioeconomía, que integra la sostenibilidad ambiental con impactos sociales positivos, está ganando terreno como una de las principales oportunidades para las empresas. Un informe del Foro Económico Mundial sugiere que las estrategias orientadas a la naturaleza podrían crear oportunidades de negocio por valor de 10,1 billones de dólares y generar 395 millones de nuevos empleos.
Desde la moda hasta la agricultura, sectores clave están explorando cómo transformar sus cadenas de valor para no solo mitigar los riesgos, sino también generar beneficios para la naturaleza. La bioeconomía, especialmente cuando se desarrolla con la biodiversidad como eje central, ofrece un enorme potencial tanto para países de bajos como de altos ingresos.
5. El papel del comercio y el consumo en la conservación de la biodiversidad
Cuatro sectores —alimentación, energía, infraestructuras y moda— son responsables de gran parte de la presión humana sobre la biodiversidad. Esto resalta la importancia de las actitudes de los consumidores en la conservación. En la COP16, las discusiones abordarán la relación entre el comercio y el consumo excesivo, con empresas y gobiernos desempeñando roles clave en la implementación de medidas que frenen estas tendencias.
Por primera vez, la COP16 albergará un “Día del Comercio”, donde se debatirán las implicaciones del comercio internacional sobre la biodiversidad. SEI, una de las organizaciones líderes en este campo, mostrará cómo las cadenas de valor globales impactan en la deforestación y el comercio de productos agrícolas.
El sector privado ante un desafío y una oportunidad
El creciente interés empresarial en la COP16 marca un punto de inflexión en la manera en que las empresas perciben su relación con la biodiversidad. Ya no se trata solo de gestionar riesgos, sino de reconocer que invertir en la naturaleza puede ser rentable. La biodiversidad ha pasado de ser un tema marginal a convertirse en una prioridad estratégica para muchas empresas globales. ¿La razón? Está claro que proteger los ecosistemas ya no es solo un imperativo ético, sino un factor crítico para la resiliencia económica a largo plazo.
Empresas de todos los sectores están comenzando a darse cuenta de que invertir en la biodiversidad no solo es una respuesta a las crecientes exigencias de los consumidores y los inversionistas, sino también una estrategia para asegurar su sostenibilidad futura. El desafío, ahora, es encontrar un equilibrio entre el crecimiento económico y la preservación de los recursos naturales.