El 6° Informe de la Red Nacional de Monitoreo de la chicharrita del maíz, emitido el 21 de octubre de 2024, destaca un descenso significativo en la presencia de la plaga Dalbulus maidis en las principales zonas productoras de maíz en Argentina y Uruguay. No obstante, las autoridades y especialistas subrayan la necesidad de no bajar la guardia, debido a las condiciones climáticas y agrícolas actuales, que podrían favorecer su reaparición en las próximas semanas.
Este informe abarca el período del 4 al 21 de octubre y se basa en el análisis de 429 localidades distribuidas en cinco regiones argentinas (NOA, NEA, Litoral, Centro Norte y Centro Sur) y 19 en Uruguay. Los datos recabados mediante trampas cromáticas adhesivas revelan que en gran parte de las áreas monitoreadas los adultos de la chicharrita han sido capturados en cantidades mínimas, lo que representa un respiro para los productores de maíz. Sin embargo, la Red advierte que estas cifras deben tomarse con cautela.
Reducción de la presencia de la chicharrita en Argentina y Uruguay
En la Región NOA, que incluye provincias como Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca y el oeste de Santiago del Estero, se reportó la captura de adultos de Dalbulus maidis en solo el 30% de las localidades, siendo la mayoría de ellas clasificadas en la categoría más baja (1 a 4 adultos por trampa). Las localidades del NOA mostraron una significativa reducción de más del 90% en los valores de captura respecto al mismo periodo del año anterior. Esto se atribuye en parte a las condiciones ambientales adversas para la plaga y a una menor disponibilidad de cultivos de maíz, su principal hospedante.
En la Región NEA (Chaco, Formosa y el noreste de Santa Fe), la captura de adultos de chicharrita también ha disminuido, con un 87.7% de las localidades registrando entre 0 y 4 individuos por trampa. Sin embargo, las lluvias recientes han favorecido el crecimiento de "maíces voluntarios", que podrían actuar como refugios para la plaga. De no ser controlados a tiempo, estos maíces espontáneos podrían facilitar el desarrollo de ninfas, aumentando el riesgo de infestación en semanas próximas.
En el Litoral y la Región Centro Norte, que abarca Entre Ríos, Corrientes, Córdoba y Santa Fe, los informes reflejan una situación similar. En el Litoral, solo un 12% de las localidades registraron la presencia de la plaga, mientras que en la Región Centro Norte, que abarca zonas productoras críticas, el 94.8% de las localidades no presentó captura alguna de adultos de Dalbulus maidis. Estos resultados son alentadores, pero los expertos recomiendan mantener el monitoreo constante, ya que la plaga suele reactivar su actividad con el cambio de estaciones.
Uruguay: un panorama similar
En Uruguay, donde se monitorearon 19 localidades, la situación refleja un comportamiento similar al de las regiones argentinas. El 79% de las localidades no registró adultos de chicharrita, y en las que sí se reportó su presencia, las capturas fueron bajas, con un máximo de 1 a 4 adultos por trampa. A pesar de los bajos índices, los expertos enfatizan que la situación debe seguirse de cerca, especialmente ante las condiciones climáticas favorables para el rebrote de la plaga.
Lluvias y “maíces voluntarios”: el nuevo desafío
Uno de los puntos críticos señalados en el informe es el efecto que las lluvias recientes podrían tener sobre la dinámica de la plaga. El crecimiento de maíces voluntarios (plantas de maíz que germinan de manera espontánea en lotes ya cosechados) representa un riesgo, ya que estas plantas podrían servir como refugio para las chicharritas sobrevivientes del invierno. Este fenómeno, combinado con el aumento de las temperaturas, podría crear el ambiente propicio para la aparición de ninfas, aumentando así el riesgo de infestación en los cultivos de maíz.
Por este motivo, las instituciones a cargo del monitoreo recomiendan a los productores intensificar la vigilancia en los campos y eliminar los maíces voluntarios de manera temprana, así como estar atentos a la combinación de trampas adhesivas con inspecciones directas en los cultivos. Esta última medida es esencial, ya que, según el informe, en algunas regiones, la cantidad de chicharritas capturadas con trampas cromáticas no refleja adecuadamente la magnitud de la población presente en los cultivos.
Monitoreo y manejo integrado de plagas
El informe también resalta la importancia de seguir un enfoque de Manejo Integrado de Plagas (MIP) para controlar de manera eficiente el impacto de Dalbulus maidis. El MIP combina diferentes estrategias de control y monitoreo para reducir al mínimo la incidencia de la plaga, evitando depender exclusivamente de un único método. Este enfoque resulta clave para tomar decisiones informadas sobre cuándo y cómo intervenir en los campos, sin comprometer el rendimiento de los cultivos ni la sostenibilidad ambiental.
La Red Nacional de Monitoreo, impulsada por una colaboración entre entidades agropecuarias de renombre como el INTA, AAPRESID, CREA y otras instituciones, continuará trabajando para garantizar la trazabilidad y efectividad de los monitoreos, proporcionando información actualizada a los productores para ayudarlos en la toma de decisiones estratégicas.
Si bien el 6° informe presenta resultados positivos en cuanto a la reducción de la población de chicharritas, el riesgo de rebrote sigue latente. Las precipitaciones y la aparición de maíces voluntarios son factores que podrían reactivar la plaga en las próximas semanas, por lo que los expertos instan a los productores a no relajar el monitoreo y a seguir aplicando medidas preventivas para proteger los cultivos de maíz de cara a la temporada. La coordinación entre instituciones y productores es clave para mantener controlada a la chicharrita del maíz y mitigar su impacto en el agro.